Capitulo 5|Sospechas.

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𝔓𝔞𝔲𝔩 𝔚𝔢𝔰𝔨𝔢𝔯

Los rayos de sol atravesaban las ventanas de mi oficina, haciendo que la luz del sol iluminará todo por completo.

Finalmente un día soleado. Ojalá poder disfrutarlo fuera y no tener que estar encerrado entre cuatro paredes.

Pero para ser honesto, amo mi trabajo y no me importa mucho pasar el día en estas cuatro paredes.

La buena noticia es que los vientos descontrolados habían cesado y eso significaba que pronto podríamos ir tras Lombardi.

Salí de mi oficina tomando una carpeta, entré mis manos, subí al ascensor y en cuanto las puertas se abrieron con un suave “ding”, deje el ascensor con rapidez y casi me tropiezo con un agente que iba de salida.

Al llegar a la sala de descanso crucé la puerta de vidrio con cuidado, intentando no hacer ruido. Y ahí estaba ella, sentada frente a Jax, estaban revisando algunos informes en su tableta.

Me detuve un momento para observar lo hermosa que es.

Realmente soy alguien muy afortunado de tener a una mujer como ella a mi lado.

Caminé hacia ellos y le di un beso en la mejilla a Dominique mientras me sentaba a su lado.

Dejé la carpeta sobre la mesa y la abrí, mostrando que era la ficha informativa de la Comandante.

—¿No han tenido ninguna duda sobre la Comandante? —pregunte cuando la vista de ambos se fue hacia los papeles.

Ya era la segunda vez que esa mujer llegaba tarde a la central.

La primera en quitar la vista de la información fue Dominique, quien me observó alzando una ceja, y Jax imitó su gesto.

Sé que tal vez mi desconfianza no hacía más que crecer, pero cuándo apareció aquel sujeto asesinado ella había llegado a la ciudad y al siguiente día había llegado media hora tarde.

Quería ignorar mis especulaciones porque no soy de hacer acusaciones tan a la ligera, pero había algo en ella que no me encajaba.

Mis instintos siempre me habían guiado por el camino correcto, quizás está vez me estaba equivocando y solo estaba exagerando, pero existía la posibilidad de que hubiese algo más allá de lo que sabíamos de Dipierro, y eso me hacía no querer soltarla tan fácilmente.

—Paul, estás demasiado paranoico —habló mi prometida con un tono suave y yo solo pude bufar —. No te obsesiones con eso.

—Solo es muy callada, eso no la convierte en una asesina —continuó el peligris, despreocupado.

—No estoy diciendo que es la asesina —dije mientras apoyaba mi mano sobre los papeles donde estaba la información de la Comandante—. Solo miren, nada más muestran los logros, medallas y una que otra misión que tuvo con éxito, del resto todo está tachado. Existe la posibilidad de que…

—Bueno, si nos basamos en lo que podría ser o no, nunca vamos a acabar —me interrumpió Jax sonriendo ligeramente.

Suspiré porque tenía razón, observé a mi prometida quien me miraba con cariño y comprensión.

—Ella no es Hatman, cielo —me recosté contra la silla derrotado—. Que sea de la CIA no implica que sea una mala agente, ni una mala persona y mucho menos una asesina.

—Tiene razón, además no ha hecho nada fuera de lo común. No es que hayamos sido los mejores anfitriones cuando llegó para que nos tenga confianza… Por no decir que tú no lo fuiste —me observó por un segundo, y no necesité más palabras para comprenderlo.

Conocerse (Domisker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora