Cuestión de tiempo-‧₊˚ Theodore Nott

CAPÍTULO 6

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𝕮𝖚𝖊𝖘𝖙𝖎𝖔𝖓 𝖉𝖊 𝖙𝖎𝖊𝖒𝖕𝖔

𝔗𝔥𝔢𝔬𝔡𝔬𝔯𝔢 𝔫𝔬𝔱𝔱

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Laia:

Theo no me había hablado en dos días. Estaba bien.
Me preocupaba un poco.

—EY! Todo el día has estado con la cabeza en otro lado. —Dijo Fred.

—Más de lo usual.

—Lo siento, ¿qué decían?

—Nah, tranquila. Nos burlabamos de Draco. —Me reí.

—Oigan, que no los escuche... Le dirá a su padre. —Se comenzaron a reír fuerte. —No, lo siento. Olviden eso.

—¿Qué pasa?

—La verdad no sabemos que pasa con él. Para ser así debe pasar por mucho...

—Últimamente has estado muy... Al pendiente de cómo se sienten los demás.

—Y tu bien nos dijiste una vez que... No importa que alguien esté pasando por mucho eso no justifica que sea mala persona.

—La cosa es que... No creo que sea mala persona... Además depende de la madurez de la persona que se den cuenta de eso mismo, que sus problemas no justifica su mala actitud a los demás porque no es responsabilidad de los demás.

—Oye... ¿Tu estás bien? —Preguntó Fred y alze la mirada.

—¿Has... Estado tomando tus medicamentos? —Dijo George seriamente.

—No. —Aparte la mirada y se sentaron a mi lado.

—¿Por qué?

—Simplemente no quiero depender de eso.

—Lastima que no haya hechizos para eso. —Me animo George.

—Lo siento. Olviden todo lo que acabo de decir... No estoy razonando bien, ni si quiera se si dije lo que quise decir. —Reí por lo bajo.

—No has dormido bien, se nota.

—Ouch? —Se rieron un poco y me dieron un abrazo. Se sorprendí y me quede helada al principio pero después razone y los abrace de vuelta. —Vamos. Dejen esas caras largas y vamos a explorar el sótano. —Se animaron.

Luego de ir. No encontramos nada, un par de fantasmas. Regresaron a sus dormitorios y yo al mío. Era tarde.

Estaba hecha bolita sobre mi cama. No entendía por que me había sentido mal si ya estaba mejor. Saudi mi cabeza.

Bien. No pienses. Deja de pensar o te sentirás peor.

Tome un cigarro y me puse mis audífonos. Pronto estaba cantando y bailando en mi dormitorio, pero un solo vistazo a mis pastillas me hizo romperme. Estaba a punto de caer al suelo y llorar, pero escuche golpes en mi puerta.

Eran las 2 y media de la mañana. Abrí la puerta y era Theo. Borracho.

—¿Estas indispuesta? —Se burló. Iba a ofenderme pero sabía que estaba borracho.

Lo invite a pasar a regañadientes y apenas quiso dar un paso se iba a caer. Intente tomarlo pero era muy pesado así que me caí con el. Cerré la puerta y me volví a levantar.

—Ayúdame un poco, ¿si? —Asintió con la cabeza y los ojos cerrados.

Intente levantarlo y el me ayudo un poco. Lo lleve a mi cama y se quedo sentado recargado hacia la pared. Me senté a un lado de él.

—¿Sabes quien soy verdad? Es decir, sabes a que puerta viniste a tocar... ¿Cierto?

—Cara mía... Claro que si, Laia...

—¿C-... —Suspiré. Estaba borracho. No sabía lo que decía. De cierto modo quise aprovechar... —¿Por qué... No me habías buscado?

Se acostó en mi regazo y abrazo mis piernas.

—Porque eres difícil... No me había costado conseguir a ninguna chica, tanto. Es decir.... Realmente... Pareces no querer estar ni un segundo conmigo... Y.... Pensaras que me diste en el ego pero... No sé. Se siente diferente. Te siento... —Dijo entre cortado pues a veces se pasaba por lo borracho que estaba.

—¿Por qué me ofreciste esa apuesta?

—Estoy borracho pero no taaaanto como para decirte. —Me reí un poco.

—Te ves muy mal.

—He estado peor. —Eso me preocupó.

—Has estado mejor... —Finalmente abrió los ojos. Me miró desde mi regazo.

—Eres muy... Hermosa... Pero de verdad... Preciosa.

—¿Es eso lo que hizo que fueras tan insistente por un beso?

—No... No del todo... ¿Cómo lo explico? Eres... Como un imán... Que simplemente, por alguna razón estúpida que no sé... No sé... —Me reí un poco y acaricie su cabello.

En cuestión de segundos creí que se había quedado dormido.

¿Y si... Realmente no estaba jugando? ¿Y...

Cállate Laia. Están jugando a una apuesta. Claro que es un juego para él. Ni si quiera te atrevas a sentir nada.

Volví a la realidad y lo vi viéndome directo a los ojos, aún no se quedaba del todo dormido, me veía tan...

Cubrí sus ojos con mi mano y el se rio.

—Es mejor que ya te duermas... Debes descansar.

—Dejame verte un poco más... —Dijo y quite la mano de su rostro. Una don risa se formó en sus labios.

Lo vi relamerse los labios y de pronto sentí su mirada en mis labios. Aclaré mi garganta y mire hacia otro lado. El se sonrojo y se dio la vuelta para quedar boca abajo, finalmente se estaba quedando dormido.

Song:

Eyes blue like the atlantic— sista prod, subvurbs