Just a friendly bet.
Theodore Nott. El típico chico que coquetea con todas, que se besa con cualquiera que le parezca linda y aprovecha para pasar un buen rato. Callado, frío, y seco.
Laia. La típica chica que cree tener a todos descifrados, callad...
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◈━━━━━━━ ▣ ━━━━━━━ ◈ 𝕮𝖚𝖊𝖘𝖙𝖎𝖔𝖓 𝖉𝖊 𝖙𝖎𝖊𝖒𝖕𝖔
𝔗𝔥𝔢𝔬𝔡𝔬𝔯𝔢 𝔫𝔬𝔱𝔱
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Laia:
Estaba caminando a mi clase, Fred y George me acompañaban. Me dejaron en la puerta y me desearon suerte.
Tome asiento en la parte de atrás como siempre, pero para mi sorpresa Theo se sentó a mi lado.
—Ya que eres la única que ha visto mis verdaderos colores. —Sonreí de lado. Me acomode en mi asiento recargada hacia al frente. Theo no apartaba la vista. —Déjame invitarte a salir.
Lo miré divertida, bufé y Frunci el ceño.
—Ya que sabes que no intentaré nada. Sólo eso... Una salida.
Me lo pensé demasiado. —Está bien. —Rodee los ojos y el me miró mordiendo su labio.
—Gracias. —Me dijo con un tono suave y honesto.
La clase pasó. Y el resto del día pasamos las clases sentados juntos, de vez en cuando hablábamos. Hasta se burló de algunos compañeros conmigo en forma de broma para hacerme reír.
Al final del día se veía feliz.
—¿Te llevo a que te cambies y luego nos vamos?
—¿A dónde me llevarás?
—Tienes que ir elegante. —Me reí pero el se quedo serio.
—Bien, bien. —Dije y volvió a sonreír.
Me llevo a mi dormitorio y el fue al suyo. Me duche y me vestí, termine de arreglarme y me estaba poniendo los tacones cuando entró a mi dormitorio.
—Hola, claro, pasa. —Dije sarcástica. —¿Qué tal si no estaba vestida?
—Eso te molestaría solo a ti. —Rodee los ojos.
—Deja de faltarme al respeto así. —El sacudió la cabeza y asintió.
—Lo siento... —Se acercó a mi, tomo mis tacones y los abrocho, yo me sorprendí. Sobretodo porque tomo mi mano después y la besó. —Te ves... —Cerro los ojos y trago en seco. —Esta apuesta es una tortura.
—¿Por qué?
—Por que no te... —Se detuvo y suspiró, después me sonrió. —Solo diré que porque no te puedo besar, me acabas de decir que no te falte al respeto. —Dijo como niño regañado.
—Voy a aclarar... Que esto no es una cita.
—Mi agonía... —Murmuró y yo frunci el ceño.—Es un apodo. Luego te digo el por qué. El punto es que. Claro que es una cita.
