Capitulo III: El único ante mis ojos

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—Hoy no quiero hacer nada, mocosos. Mmmm, van a pintar lo que quieran

—Profesor, no traemos pinturas

—No es mi problema, Utahime. Saben que vienen a clase de artes, traigan sus materiales.

Una disputa contra el profesor de artes dio inicio. No les dijo que llevarán pinturas o un lienzo.

—Callense ya. Les voy a dar hojas blancas y ahí dibujen.

El profesor repartió las hojas blancas y dio una más de repuesto.

—Que les quede bien, no quiero gastar mis hojas en estupideces.

Algunos afirmaron con la voz y otros con la cabeza.
Suguru se pasó al lado del lugar de Satoru.

—Hola, hermoso.

—¿Qué pasó, niño de ojos lindos?

Devuelvanle a su Satoru porque él no es él. El Satoru Gojo que él conoce se la pasa diciéndole que tiene "Ojos color mierda de gato", era imposible que le dijera así. Bueno, no queda de otra más que seguirle la corriente al albino.

—Mi cielo, tú tienes unos ojos más bonitos.

—No digas eso, me sonrojo— el ojiazul quería reír, no sabía si de vergüenza, de gracia después de lo que dijo o de las ganas de morirse que tenía en esos momentos.
Todas las miradas estaban puestas en ellos dos. Solo queda seguirle al juego que el mismo inicio.

—Déjame dibujar tus ojos, mi amor.

El peliblanco asintió y de reojo vio como el profesor también los observaba. No se arrepiente de actuar.

—Bueno, Satoru Gojo, déjame ver tus ojos.— la voz de Suguru tenía un tono feliz.

Tuvieron contacto visual, pasaban los segundos y sus miradas seguían conectadas. El ojiazul se contenía para no acercarse a los labios de Geto. Todavía no y menos por un juego. El no le iba a corresponder.
"Si, a Satoru le gusta Geto" pensó la castaña mientras a dos bancas de distancia veía como en los claros ojos de Gojo, se hacía más grande su pupila.

—He contemplado tus ojos. Empezaré a dibujarlos.

Geto era bueno dibujando, pero los ojos de su ser amado eran complicados de dibujar, igual o más complicados como aguantar las ganas de no gastar el dinero en chatarras.

Gojo se acordó de algo muy importante.

—Suguru Geto...— habló el albino con una voz exquisitamente grave.
—¿Dónde están mis gafas?

Se sorprendió por la voz que salió de la garganta de Satoru, pero cuando hizo mención de sus gafas de sol, se preocupó.

—Ah... yo... no me acuerdo— volteó a ver a Gojo, sonrió un poco avergonzado y preocupado, se hará el desentendido, ni él sabe dónde las dejó cuando se quedaron dormidos.

Su plática fue interrumpida por el profesor.

—Ya sabemos que son mejores amigos, pero vienen a la escuela a estudiar, no a reforzar la amistad.

Gojo se enfadó un poco más de lo que ya se había enojado por sus gafas, el profesor ni siquiera sabe si su mejor amigo y él están hablando de besarse o están discutiendo; y ante el comentario del maestro, algunos se rieron y otros cuantos solo voltearon a ver a los dos cegados enamorados que estaban en su discusión

—Bueno, voy a salir del salón por una reunión. Hagan lo que quieran pero no besarse o desastre

Para mala suerte del profesor, la reunión iba a durar casi dos horas, la cantidad de tiempo que duraba su clase y los alumnos aprovecharán, obvio, para no hacer nada y ponerse a platicar y por razones lógicas, la pareja falsa no iba a ser la excepción.

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