Capítulo XI: Ilusiones y oportunidades

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Una vida no tiene sentido si no encuentras un mejor amigo o a alguien en quien poder depositar tu confianza.

Satoru solo confía en su mejor amigo Suguru Geto y su mejor amiga Shoko Ieiri, todos podrán saber cosas de él, pero nadie lo conoce tan bien como ellos dos.

Los pensamientos hacían que Satoru no se concentrará en la clase de inglés.

Cuando seamos grandes, el seguirá a mi lado, será el novio que deseo, porque lo deseo a él… vivirem

—Del texto que su compañero Kento Nanami leyó, ¿que entendió, Gojo?

¿Se dirige a mi por mi apellido? Vaya…” no está acostumbrado a que los profesores le hablen por su apellido, siempre es por el nombre.

Satoru volteó a ver a Nanami, quien también lo observó, pero sin expresión en la cara.

—Este…

—¿Mínimo está bonita la novia para estar pensando en ella?

El albino agachó la cabeza por pena, además… “No es novia, profe, es novio, y es el más hermoso de todos, aunque bueno, aún no es mi novio”.

Por otra parte, al escuchar el comentario del profesor, Suguru volteó a ver a Gojo.
¿Novia?”.

La clase de inglés terminó, la lluvia caía pero más ligera, era una lluvia cómoda, en dónde la caída del agua no es escandalosa e incluso es agradable al tacto.

Satoru caminaba con Suguru y Shoko bajo las gotas mientras platicaban.

—Ya déjate ver el cuello— Ieiri jaló a Gojo por su echarpe.

—Más cuidado con mi bufanda, estúpida.— quitó la mano de su amiga.

—Ni que se fuera a romper.

—Satoru, manos queremos verte el cuello.— Suguru observó a su mejor amigo.

—No, y menos tú porque terminó sin caminar.— Aunque no le desagrada la idea de no caminar cómodamente si el pelinegro es el responsable de eso.

Pasaron a un lugar techado, si bien, las gotas de lluvia eran agradables, tampoco se iban a quedar abajo de ellas todo el tiempo, un resfriado es lo menos que querían, en especial Gojo, que su nariz siempre duele y se ve demasiado roja de tanta fricción entre su piel y el papel.

—Bueno, ahora que ya estamos bajo techo, ¿si te vas a quitar la bufanda?— Shoko quería ver la piel de su amigo solo para después decirle algo así como insultos “Jaja, quedaste así del cuello por puerco”.

—Voy.— No quería, en verdad tenía frío y ese maldito pedazo de tela lo hacía entrar en calor.

Los hematomas y marcas de mordidas fueron presentadas por el azabache y la castaña.

Suguru solo pensaba en que otro día dejaría así de nuevo a Satoru o tal vez peor, y Shoko…

—Por cerdo indecente.

Gojo enredó de nuevo la bufanda en su cuello y buscaron un lugar para sentarse.

—¿Cuál es la próxima clase?— la voz del albino sonó mientras buscaba una forma cómoda para permanecer sentado.

—Artes.— Geto respondió para después sacar su teléfono y ver la hora.

—¿Todos hicimos el dibujo, no?— Shoko buscaba algo en su mochila, ¿que será?

—Si.— Ambos hombres contestaron al par.

—¿Qué buscas?— Geto observó como su amiga sumergía la mano en su bolsa, rebuscando a través de las libretas.

★El álbum de fotos (SatoSugu/SuguSato) ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora