★El álbum de fotos (SatoSugu/SuguSato) ★

Capítulo XIV: ¿Qué hago aquí?

"Satoru ciego Gojo"
El celular de Ieiri marcaba una llamada entrante del peliblanco.
Arrastró el dedo sobre la pantalla para responder a su amigo.

—¿Qué quieres?

—Invitarte a mi casa.

—¿Por qué a mi y no a Suguru?

—Ay, cariño, el ya está aquí.

—Lo suponía.— un suspiro salió de sus labios. —¿A que hora me esperan?

—Ven ya, hay muchas cosas por contarte.— la voz del azabache sonó al otro lado de la línea.

Geto sabe que Ieiri es fanática de chismes y rumores, casi siempre es de las primeras en enterarse de todo, así que con decir "muchas cosas por contarte" la tendrán ahí de mal tercio en un tiempo máximo de 30 minutos, no más.

—Uh, pues ojalá sea algo bueno y no decepcionante. Ya voy

Un pitido se escuchó salir del celular cuando la llamada terminó.

Shoko buscó algo de ropa y quitarse la que trae, ¿a quién le importa si son las 3 de la tarde?, su pijama de "hello Kitty" es suprema.

Irá a casa del peliblanco con una playera negra de mangas cortas, un pantalón de mezclilla oscuro y un par de zapatos del mismo color que su polo, pero antes, se irá a tomar un baño.

...

—¿Cómo en cuánto tiempo crees que se le ocurra llegar?— Gojo preguntó al pelinegro, que estaba sentado junto a él.

—Satoru, no desesperes. Ya no falta tanto, ya hace casi 30 minutos que acabamos de hablar con ella.

El timbre se hizo sonar cuando Geto terminó de hablar.

—Hablando del rey de roma.— el ojiazul se levantó para dirigirse a la puerta.

Un pequeño rechinido se escuchó para después dejar mostrar la imagen de la más baja.

—Hola.— Satoru agitó la mano.

—Los saludos después, ¿cuál es el chisme?— Empujó al albino y se dió paso dentro del lugar.

—No Shoko, no tenemos nada para contar, solo te queríamos aquí de mal tercio.— Gojo cerró la puerta.

La castaña cruzó los brazos, volteó a ver a Satoru y después a Geto, con una mirada que daba a entender su enojo y decepción.

—¿Entonces a qué vine? ¿Qué hago aquí?

El de ojos azules alzó y bajó los hombros.

—Tu que te enteras de todo, ¿Tienes algo para contar?— el azabache observaba a su amiga.

—Creo que no, no me ha pasado nada interesante.— Se desplazó hasta llegar al sillón y sentarse, cruzando una pierna.

—¿Quieren algo de beber?— El dueño de la casa se acercó hasta sus amigos.

—Hagamos café.— propuso Ieiri.

Ambos hombres asintieron.

Tras preparar el café y platicar un poco, regresaron a la sala de estar, podrían seguir con su charla más cómodamente.

—Les voy a contar algo que Nanami una vez me dijo, pero ustedes no digan.— Ieiri dijo, cambiando su posición para poder dejar su taza en la pequeña mesa rodeada por sillones.

—Todo sea por poder enterarnos de algo.— Satoru habló mientras se acomodaba de mejor manera en el sofá, emocionado por saber algo más acerca de ese ser tan misterioso que se hace llamar "amigo", ¿Cómo es su amigo si no le cuenta nada?
A su vez, Suguru levanta una ceja y voltea a ver a su amiga con interés.