|Marzo | 2008|
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El sol apenas se asomaba tras las nubes grises que cubrían la ciudad, un reflejo perfecto del estado de ánimo de Damon. Había pasado una semana desde que decidió no volver a las consultas con su pediatra.
La verdad es que, después de años de consumir los medicamentos recetados, ya no los necesitaba más.
Su médico, un hombre de pocas palabras pero de mirada comprensiva, le había mostrado sus últimos estudios.
Los resultados eran claros: Damon estaba bien, o al menos tan bien como cualquier otra persona en esta sociedad gris.
"Ya no eres un peligro" le había dicho el doctor, con una sonrisa que parecía forzada, como si no estuviera del todo convencido de sus propias palabras. "Aunque nunca lo fuiste, realmente. Pero ya sabes cómo es la gente… la sociopatía tiene una etiqueta como la enfermedad de un loco mental"
Damon asintió, sin molestarse en corregir al médico. Para él, la sociopatía no era más que una etiqueta, una que había aprendido a llevar con resignación.
No era un loco, ni un peligro para nadie; simplemente era un ser con una incapacidad casi total para sentir placer, para experimentar emociones de la misma manera que los demás. Hasta que conoció a Liam, y el mundo que conocía comenzó a cambiar.
Sentado en su escritorio, Damon dejó que sus pensamientos vagaran mientras observaba las herramientas de manualidades esparcidas frente a él.
Desde niño, había encontrado consuelo en las actividades manuales, en el acto de crear algo con sus propias manos.
El perfeccionismo que aplicaba a estas tareas le había dado un sentido de control, un refugio en un mundo que a menudo le parecía caótico e impredecible.
⊱╼╼╾╼╼╾╾⊰∇⊱╼╼╾╾╼╾╾⊰
Hoy, pensaba hacer algo especial para Liam, aunque no estaba seguro de qué. La idea de crear algo tangible para la única persona que había despertado en él alguna emoción verdadera era reconfortante.
De repente, el sonido del timbre de la puerta rompió su concentración.
Damon se levantó con la esperanza de que fuera Liam, una visita inesperada pero deseada.
Sin embargo, cuando abrió la puerta, fue recibido por las caras sonrientes de Jarvis, Robbie, y Graham, un amigo que pocas veces veía.
“¡Damon, viejo! ¡Sorpresa!” exclamó Jarvis, entrando en el apartamento sin esperar una invitación.
Robbie y Graham lo siguieron, riendo y charlando animadamente como si fuera lo más normal del mundo invadir la casa de alguien sin previo aviso.
Damon se quedó en la puerta por un momento, sintiendo cómo una punzada de irritación comenzaba a crecer en su interior.
No había planeado recibir visitas hoy, mucho menos a este grupo ruidoso que ahora ocupaba su sala de estar.
Antes de que pudiera decir algo, Robbie ya estaba hurgando en la cocina, sacando botellas de cerveza y sirviéndolas como si estuviera en su propia casa.
“¿Qué pasa, Damon? ¿No tienes nada para picar?” preguntó Graham, mirando a su alrededor como si esperara que la comida apareciera mágicamente en la mesa.
Damon, resignado, dejó escapar un suspiro. Sin entender muy bien cómo había llegado a esto, se encontró amasando masa para pizza en la encimera de la cocina.
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ᡃ§ɧαʈʈeɽeᶑᡃ •°ᵈⁱᵃᵐ°• ⁅𝟭⃪𝗿⃪𝗮⃪ 𝗧⃪𝗘⃪𝗠⃪𝗣⃪𝗢⃪𝗥⃪𝗔⃪𝗗⃪𝗔⃪⁆
Fanfiction⊰ En un susurro de sombras y dolor, dos almas se desmoronan en una danza de destrucción. ⊰ Liam, con su amor roto, se desvanece bajo el peso de las manos de Damon, que, cegado por la furia, lo destroza. Un último "perdón" resuena en la oscuridad, m...
