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⊱|36|⊰

|Noviembre | 2008|

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Damon había pasado gran parte del día limpiando la casa, ocupado en cada rincón mientras ordenaba, barría, y limpiaba hasta que todo estuvo en su lugar.

Disfrutaba del proceso, no sólo por la satisfacción de ver todo limpio, sino porque también le daba tiempo para pensar.

Sus pensamientos giraban en torno a Liam, recordando cómo habían cambiado las cosas entre ellos en los últimos meses.

Pese a los altibajos, habían logrado acercarse, apoyarse, y encontrar un ritmo que funcionaba para ambos.

Cuando finalmente escuchó la puerta abrirse y cerrarse, Damon supo que Liam había regresado.

Estaba en la cocina, terminando de limpiar la encimera, y se asomó al umbral justo a tiempo para ver a Liam entrar con dos grandes bolsas de compra en las manos.

"¿Qué has traído?" preguntó Damon con una sonrisa, secándose las manos en un paño.

Liam parecía un poco nervioso, pero le devolvió la sonrisa mientras dejaba las bolsas en la mesa de la cocina.

"Sólo algunas cosas para las vacaciones, y... algo más..." respondió Liam, con un tono ligeramente evasivo.

Damon notó la inquietud en su voz, pero no dijo nada. En su lugar, decidió esperar y ver qué había traído Liam.

Mientras Damon comenzaba a preparar una tarta de nuez con crema, Liam se quedó en la cocina, sacando algunos artículos de las bolsas y colocándolos en su lugar.

La conversación fluyó de manera natural, como siempre solía hacer entre ellos cuando estaban juntos en la cocina.

Liam comenzó a hablar sobre sus planes para las vacaciones que estaban organizando en la bahía.

"Quiero vivir en una casita frente a la orilla del mar contigo, sería muy bonito ¿no crees?" dijo Liam, su voz llena de anhelo mientras describía la vida que imaginaba.

Damon, que estaba mezclando los ingredientes en un bol, levantó la vista y le dedicó una sonrisa cálida.

"Sería perfecto" respondió Damon, compartiendo el mismo sueño.

La idea de pasar sus días junto al mar, en paz y tranquilidad, sonaba como un paraíso después de todo lo que habían vivido juntos.

Sin embargo, Damon podía percibir la ansiedad en Liam.

Sabía que estaba preocupado por el dinero, por cómo lo estaban ahorrando para sus vacaciones, y también porque la Navidad se acercaba rápidamente.

Para Damon, que no había celebrado la Navidad desde que empezó a vivir solo, la idea de tener a Liam a su lado durante las fiestas le traía una especie de alegría que no había sentido en años.

"Deberíamos ir al centro comercial más tarde" sugirió Damon mientras seguía mezclando la masa. "Necesitamos comprar un árbol de Navidad. Desde que vamos a celebrar juntos, quiero que sea especial"

Liam, que estaba sirviéndose una copa de vino, asintió con entusiasmo.

Después de un largo sorbo, se acercó a la mesa donde había dejado las bolsas y sacó una pila de revistas que había comprado.

Eran catálogos llenos de promociones navideñas, con imágenes de decoraciones, regalos y ofertas que llamaron su atención.

"Estaba pensando en revisar algunas de estas revistas para ver si encontramos algo interesante" dijo Liam mientras se acomodaba en una silla y comenzaba a hojear una de las revistas.