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El sonido estridente del teléfono rompió la tranquilidad en la que Damon se había sumido.

Se sobresaltó, apartando la mirada del techo de su cuarto, hacía la almohada, donde aún se percibía el olor de Liam de la noche anterior.

Alcanzó el teléfono y, sin mirar quién era, contestó con un tono cortante.

"¿Qué quieres?" espetó sin ánimos.

"Damon" respondió Jarvis, con una calma que irritó aún más a Damon. "Sólo quería preguntarte por el seguro del auto. He encontrado el coche con la ventana rota esta mañana...

Damon sintió una oleada de furia subir por su pecho, seguida por una punzada de arrepentimiento.

Se maldijo en silencio por haber roto el vidrio del coche la noche anterior. Todo por un arrebato estúpido que ahora le costaría más de lo que estaba dispuesto a pagar, no sólo en dinero, sino en paciencia con Jarvis.

"Esta tarde, frente al parque, te entrego los papeles" respondió Damon, tratando de mantener la calma en su voz, aunque cada palabra parecía escupida entre dientes.

"Eso está bien..." dijo Jarvis, pero su tono tenía un matiz de reproche que irritó aún más a Damon. "Nos vemos a las cuatro...

Damon colgó sin decir adiós y se dirigió a su cuarto, abriendo el cajón donde guardaba una cantidad desorganizada de papeles.

Comenzó a buscar entre ellos, moviendo de un lado a otro hojas que contenían registros de su condición mental, citas con psicólogos, y viejas notas de diagnósticos que ya ni recordaba.

Finalmente, encontró los papeles del seguro. Los sacó con un tirón brusco y los tiró sobre la cama.

El día pasó lentamente, cada minuto un recordatorio de las decisiones que Damon había tomado y que ahora parecían arrastrarlo hacia un abismo.

Se quedó en casa, solo, con la única compañía de sus pensamientos, y una creciente sensación de asco hacia la ciudad que lo rodeaba. Se sentía atrapado, como si las paredes del apartamento se cerraran sobre él, empujándolo hacia un futuro incierto.

Pero había una chispa de esperanza en su mente, una idea que había comenzado a germinar: dejar todo atrás y empezar de nuevo, en otro lugar, lejos de las sombras que lo perseguían.
Y Liam estaría con él. Damon sonrió ante la idea, imaginándose a sí mismo y a Liam en una nueva ciudad, construyendo una vida diferente, lejos de todo lo que lo había envenenado.

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A las cuatro en punto, Damon salió de su casa con los papeles en la mano y caminó hacia el parque.

Jarvis ya estaba allí, sentado dentro del coche, con una expresión sombría que se hizo aún más grave cuando Damon se acercó.

Damon abrió la puerta del copiloto y se sentó, su rostro tenso, como una cuerda a punto de romperse.

"Aquí tienes los papeles" dijo Damon, extendiéndolos hacia Jarvis sin mirarlo directamente.

Jarvis tomó los papeles, pero en lugar de guardar silencio, decidió hablar, con una franqueza que Damon no estaba dispuesto a escuchar.

"Te ví anoche, Damon..." dijo Jarvis, su voz cargada de un reproche que Damon sintió como un golpe. "Ví lo que hiciste con Liam, causando desastres por la ciudad. No eres el mismo, has cambiado para mal. No sé qué te pasa, pero no puedo seguir siendo tu amigo si sigues por este camino..."

ᡃ§ɧαʈʈeɽeᶑᡃ •°ᵈⁱᵃᵐ°• ⁅𝟭⃪𝗿⃪𝗮⃪ 𝗧⃪𝗘⃪𝗠⃪𝗣⃪𝗢⃪𝗥⃪𝗔⃪𝗗⃪𝗔⃪⁆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora