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Damon miraba por la ventana, mientras Liam salía de la casa, con una sonrisa despreocupada, rumbo al supermercado.

Llevaba su abrigo favorito, el mismo que solía usar cada vez que iba a hacer compras. Damon sabía que tendría al menos una hora antes de que Liam volviera.

Respiró hondo, su mente aún cargada por el encuentro reciente con Robbie y las inquietudes que este le había generado.

El papel con el número de teléfono de Robbie seguía guardado en el bolsillo de su chaqueta.

Finalmente, tras vacilar un momento, Damon sacó el teléfono y marcó el número.

La línea no tardó en conectarse y, al otro lado, la voz de Robbie sonó, cargada de una satisfacción evidente.

"¡Sabía que me llamarías, Damon!" exclamó Robbie, su tono mostrando una mezcla de orgullo y burla.

Damon, sin ánimos de charlas triviales, respondió con frialdad.

"Dime cuándo puedo ir a tu casa, Robbie. Quiero saber lo que tienes que decirme sobre Liam..." Su voz era tensa, y la impaciencia era palpable.

Robbie, disfrutando de tener la situación bajo control, le dio la dirección de su casa, pero no sin añadir una condición:

"Pero no olvides las cervezas, Damon. Dos cervezas individuales, o no te diré nada..."

Damon apretó los dientes, sintiendo el calor de la rabia subiendo por su cuerpo.

No quería involucrarse más con Robbie, ni con su pasado compartido, pero si la información sobre Liam era importante, no tenía más remedio.

"Está bien" aceptó con amargura antes de cortar la llamada.

Guardando el teléfono en su bolsillo, Damon se dirigió a la mesa donde siempre dejaba las llaves del auto.

Las tomó rápidamente y, con un suspiro, metió también un puñado de dinero en su bolsillo. No tenía ganas de hablar con Robbie, pero necesitaba respuestas.

Caminó hacia el auto con paso firme, tratando de mantener la cabeza fría, aunque la incertidumbre sobre lo que Robbie tenía para decirle lo carcomía por dentro.

Con el motor en marcha, Damon se dirigió a la casa de Robbie.

Sin embargo, a mitad del camino, el teléfono comenzó a sonar. Era Liam.

"¿Dónde estás?" preguntó Liam, su tono despreocupado, como siempre. "Pensé que estarías en casa... ¿Te fuiste a algún lado?"

Damon, conteniendo la tensión en su voz, respondió rápidamente:

"Estoy en la gasolinera, el auto estaba casi sin gasolina. No tardo en volver..."

Cortó la llamada antes de que Liam pudiera preguntar algo más, y continuó conduciendo, su mente llena de dudas y sospechas.

Llegó a una gasolinera poco después, y mientras el tanque se llenaba, Damon entró en la tienda para comprar las dos cervezas individuales que Robbie había pedido.

ᡃ§ɧαʈʈeɽeᶑᡃ •°ᵈⁱᵃᵐ°• ⁅𝟭⃪𝗿⃪𝗮⃪ 𝗧⃪𝗘⃪𝗠⃪𝗣⃪𝗢⃪𝗥⃪𝗔⃪𝗗⃪𝗔⃪⁆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora