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|Mayo | 2008|

La fiesta estaba en pleno apogeo, con la música retumbando a través de los parlantes y las luces parpadeando al ritmo de los bajos.

Damon había estado siguiendo a Liam por el lugar, tratando de no perderlo de vista en medio del caos.

A medida que avanzaba la noche, Damon empezó a sentirse mal. Su estómago se revolvía, y una sensación de náuseas comenzaba a apoderarse de él. Tal vez era el alcohol, tal vez el calor o la multitud, pero Damon sabía que algo no estaba bien.

Buscó a Liam entre la marea de cuerpos en movimiento, y cuando finalmente lo vió afuera del salón, su corazón se detuvo.

Liam estaba de pie sobre el techo de un auto de policía, gritando con los brazos extendidos como si estuviera en el escenario de un concierto.

La escena era surrealista, y por un momento, Damon no supo si estaba soñando o si realmente estaba sucediendo.

Antes de que pudiera reaccionar, dos oficiales de policía se acercaron al auto, gritando a Liam que bajara de inmediato.

Liam, en su estado eufórico, no pareció darse cuenta del peligro en el que estaba.

Damon sintió una oleada de pánico cuando vió que uno de los oficiales sacaba su porra, dispuesto a hacer bajar a Liam por la fuerza.

Sin pensarlo, Damon corrió hacia ellos, su corazón latía con fuerza, sus náuseas olvidadas en la urgencia del momento.

Llegó justo cuando uno de los oficiales intentaba golpear a Liam y, sin dudarlo, se interpuso entre ellos.

"¡Déjalo en paz, maldito hijo de puta!" gritó Damon, empujando bruscamente al oficial para alejarlo de Liam.

La respuesta fue rápida y brusca. El otro oficial agarró a Damon por el brazo, retorciéndolo hacia atrás, mientras el primero le propinaba un golpe en la cara.

Damon sintió el sabor metálico de la sangre en su boca mientras caía al suelo, pero aún así, no dejó de luchar. Su único pensamiento era proteger a Liam.

Los oficiales no mostraron piedad. Mientras Damon intentaba levantarse, recibió más golpes en la cara, estómago y en las costillas, hasta que finalmente lo esposaron y lo arrastraron hacia el coche patrulla.

Liam, que había sido bajado del auto por la fuerza, apenas reaccionaba, riendo como si todo fuera parte de una broma mientras también le ponían las esposas detrás de su cintura.

Ambos fueron empujados en la parte trasera del coche.


Mientras los llevaban hacia la comisaría, Liam, aún medio ebrio, empezó a golpear la reja que los separaba de los oficiales dentro del vehículo.

"¡Ey, bastardos de mierda! ¡No pueden hacer esto! ¡Esto es abuso de poder!" gritaba Liam, sus dedos envueltos en la reja, mientras trataba de hacer que los oficiales lo escucharan.

Damon, con la cabeza apoyada contra la fría ventana, no dijo nada.

El dolor en su labio partido y en sus costillas lo mantenía en silencio, pero su mente seguía funcionando, preguntándose en qué momento las cosas se habían salido tanto de control.

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Al llegar a la comisaría, fueron llevados a la sala de registros, donde los oficiales les tomaron las huellas digitales, y los prepararon para las fotos policiales dentro de una sala vacía.

ᡃ§ɧαʈʈeɽeᶑᡃ •°ᵈⁱᵃᵐ°• ⁅𝟭⃪𝗿⃪𝗮⃪ 𝗧⃪𝗘⃪𝗠⃪𝗣⃪𝗢⃪𝗥⃪𝗔⃪𝗗⃪𝗔⃪⁆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora