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El Burger King estaba abarrotado, como siempre a esa hora del día. Damon se encontraba detrás del mostrador, intentando mantener la paciencia mientras una familia indecisa discutía entre sí sobre qué combo elegir.

El calor de las luces fluorescentes y el ruido constante de las máquinas de refrescos lo tenían al borde del mal humor.

Su camisa del uniforme estaba ligeramente pegajosa por la humedad y el sudor, y su cabello, que intentaba mantener siempre en orden, ahora se veía desaliñado y fuera de lugar aplastado en esa gorra negra que le daba calor.

Finalmente, la familia se decidió, y Damon los atendió con la mejor sonrisa que pudo forzar.

Cuando por fin los despachó, dejó escapar un suspiro de alivio.

Su mirada vagó por el centro comercial, buscando algo que le recordara que su vida no se resumía solo en este trabajo monótono.

Y entonces lo vió: Liam, en su ridículo pero adorable traje de oso, cuidando de dos niñas que no paraban de saltar a su alrededor, riendo y tratando de agarrarle la mano acolchonada del traje.

Damon no pudo evitar sonreír. Había algo extrañamente reconfortante en ver a Liam así, tan envuelto en su trabajo, divirtiéndose con los niños.

La imagen contrastaba con el caos que solía seguir a Liam como una sombra, pero Damon sabía que, detrás de esa botarga, seguía siendo el mismo Liam: impredecible y lleno de energía.

Justo en ese momento, un compañero de trabajo se acercó a Damon y le dió un pequeño golpe en el hombro.

"Hora de tu descanso" le dijo, señalando la puerta del personal con un gesto de cabeza.

Damon asintió y cruzó el mostrador para ir con Liam, como hacía siempre en su hora de descanso.

Caminó entre la multitud, esquivando a las personas que paseaban con sus bolsas de compras, y llegó hasta donde Liam estaba entreteniendo a las niñas.

Sin decir nada, lo rodeó con sus brazos, abrazándolo por la cintura, notando la suavidad del traje de oso.

"Es tal cual como abrazar a un osito de peluche, pero gigante" murmuró Damon, sonriendo contra la espalda de Liam.

Liam soltó una risita y se giró para devolverle el abrazo, aunque su visión estaba limitada por la enorme cabeza del traje.

"Sabes que no puedes resistirte a mí" bromeó Liam, sacudiendo el disfraz para hacer reír a las niñas que seguían cerca.

En ese momento, Liam se dió cuenta de que una chica atractiva pasaba cerca, y sus ojos la siguieron con descaro.

"Extraño tocar unos pechos de verdad" dijo Liam con una voz que pretendía ser inocente, pero que en realidad estaba llena de picardía.

Damon frunció el ceño y lo reprendió en voz baja.

"Compórtate, alguien podría escucharte" le advirtió, aunque no pudo evitar sentir una punzada de celos.

Liam simplemente se encogió de hombros, levantando las manotas del oso en un gesto despreocupado, antes de saludar a otra persona que pasaba cerca.

Damon se quedó inmóvil por un momento, viendo a Liam saludar a la gente con su habitual carisma. A veces le parecía increíble cómo Liam podía ser tan despreocupado, tan a gusto en cualquier situación, mientras que él mismo siempre estaba lidiando con una corriente subterránea de ansiedad y dudas.

ᡃ§ɧαʈʈeɽeᶑᡃ •°ᵈⁱᵃᵐ°• ⁅𝟭⃪𝗿⃪𝗮⃪ 𝗧⃪𝗘⃪𝗠⃪𝗣⃪𝗢⃪𝗥⃪𝗔⃪𝗗⃪𝗔⃪⁆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora