¿Qué pasó con el campeón del mundo?

¿Cómo hicieron que funcionara?

Max se reunió en una cafetería tranquila con Charles y Carlos.

La luz del atardecer filtraba a través de las ventanas, creando un ambiente acogedor para la planificación.

-Bueno, Max, sabemos lo importante que es esta cita para ti y para checo -comenzó Charles, su tono serio pero alentador.

-Queremos asegurarnos de que sea perfecta, pero también discreta.

- No podemos permitir que se filtre al público.

Carlos, con una libreta en mano, asintió.

-He estado pensando en un lugar que podría ser ideal

-Es un pequeño restaurante escondido en las afueras de la ciudad.

-Tiene una terraza privada con una vista increíble.

-Los dueños son amigos nuestros y son muy discretos.

Max se iluminó.

-¿Y qué más?

- Quiero que sea especial, pero sin llamar la atención no podría dejar que los medios atormenten a checo.

Charles sacó una pequeña caja con una vela aromática.

-Podemos llevar una cena personalizada, con su comida favorita.

- También podemos preparar una playlist de música suave que le guste.

-Y para no contratar meseros que puedan arruinar su noche nosotros seremos sus meseros.

Max rio no sabía de dónde había sacado amigos tan buenos.

Carlos añadió.

-Y si quieres, podemos contratar a un fotógrafo discreto para capturar algunos momentos, sin que parezca intrusivo.

-Así tendrás recuerdos sin comprometer la privacidad.

Max sonrió, emocionado.

-Esto suena perfecto.

-Gracias, amigos.

- Realmente aprecio todo lo que están haciendo para que esta cita sea especial.

Charles y Carlos intercambiaron miradas satisfechas.

Sabían que, aunque la situación requería discreción, estaban logrando darle a Max y a checo una cita que recordaría para siempre.

Todo estaba listo la cita estaba meticulosamente preparada así que Max le escribió a checo un mensaje de texto ya que pensaba llamarlo pero los nervios lo traicionaban.

Checo, al recibir el mensaje de Max, no pudo contener su emoción.

El texto decía:

-Hola Pecas,solo quería avisarte que la cena de esta noche es semi-formal.

- Pasaré a recogerte a las 8.

-¡Espero que estés tan emocionado como yo!

-Tqm Max

Checo, con una sonrisa amplia en el rostro, gritó de alegría.

Su entusiasmo era contagioso y, de repente, el sonido del grito hizo que Seb y Kimi, quienes estaban en la sala contigua, se sobresaltaran y corrieran hacia el de pecas.

Seb, lo miro alarmado, preguntando.

-¿Qué pasó?

-¿Estás bien?

Kimi, con una expresión de preocupación, corrió hacia Checo.

-¡Te escuchamos gritar!

-¿Está todo en orden?