always devour the feast.

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Después de que Oliver llamara a su hija cuando la atrapó incorporándose en un suelo ensangrentado porque el chico de quien se había 'enamorado' le había arrancado la mejilla con los dientes y también la pateó completamente aterrado, la fémina le hizo caso a su padre y se retiró dejando al muchacho aún amarrado.

Esa noche que pronto se convertiría en una tensa madrugada, Darcey no se había tomado sus medicamentos adecuados, y había tenido un arranque violento en contra de Benedict cuando este no le correspondió.

Benedict había quedado solo, espantado, escupiendo la carne que le había arrancado a Darcey. Pero es que un simple carnicero como Benedict Barlowe, lastimosamente, no era la primera ni sería la última víctima que caería entre las garras de la familia Doliner.

Ya que después de todo, él jamás sería como ellos.

Los Doliner, a decir verdad, eran unos expertos que engatusaban a las personas con su amabilidad y generosidad, junto a su fachada galanteada que los hacía parecer llamativos ante los ojos ajenos.

Poderosos, conocidos en cada rincón, e inmunes a que les pasara algo porque no eran los únicos con un apetito alterado.

Y es que Oliver sabía de sobra que su hija podría ser una asesina a sangre fría, una psicópata de mucho cuidado porque él fue el principal causante de su descarrío desde un principio. Aunque le encantaba reconocer que ella podría ser más cruel.

Oliver le había dado a su hija carne humana incluso cuando su esposa se negaba a permitirlo, despertando así su apetito de un índole muy agresivo. Causando que tras aquel día, esta empezara a perder el control de su hambre.

Tanto que durante una noche silenciosa en la casa de los Doliner, tal y como aquel Mayo del 2004, Darcey mordió letalmente a su madre.

Y Oliver, su padre, iba a encubrirla tal y como lo había hecho antes. Convirtiendo a su esposa en carne y vendiendo partes de ella en su restaurante, además de servir algunas porciones sobrantes en las reuniones exclusivas a las que seguía asistiendo.

En la actualidad, aquellas reuniones se organizaban con más regularidad, porque su comunidad empezaba a crecer más y más. Por eso era, que Oliver creó un menú especial en su restaurante para seguir vendiendo a aquellas personas con un apetito no habitual.

Durante todo el tiempo que Benedict había pasado en aquel sótano, tuvo que parecerle raro que nadie lo buscara o siquiera se percatara de la desaparición del muchacho, alguien tenía que haberlo notado por lo menos en su trabajo. El pobre chico llevaba varios días sin dejar rastro y absolutamente nadie parecía haberlo notarlo.

Era como si a nadie le importara, aunque de todos modos, no era como si tuviera familiares cercanos ni mucho menos amigos que se preocuparan por él. Además que, su coche, casa, y cuerpo que había dejado descuidado habían sido manipulados por los Doliner también.

Era un hecho que el Sr. Nitsche lo había vendido como una carne más cuando Darcey lo escogió entre los demás. Frederic Nitsche quería permanecer cercano a Oliver, no solo porque su relación era de un muy buen cliente y un vendedor, pero porque él también era parte de aquellas reuniones y Darcey, al igual que con Duncan, se alimentaba de él.

Nadie lo notaría si las mordidas permanecían ocultas.

Benedict solo había sido un cordero más, rodeado y vigilado por muchos cazadores al azar.

Por otra parte, el restaurante de Oliver Doliner había reabierto sus puertas tras unas semanas en las que había cerrado para una renovación de los adentros. Oliver quería un estilo más sofisticado, renovando el Exquisite Palate en un lugar aún más lujoso de lo que ya era, y también, Oliver se había encargado de abrir más establecimientos con nuevos platillos agregados al menú principal, expandiendo su comunidad.

La reapertura estaba siendo excitante, lleno de gozo y buenas valoraciones con los nuevos platillos que habían sido agregados al menú especial, diseñado para aquellos con un apetito más amplio.

Hallándose en la cocina, Darcey se encontraba sentada en la cercanía, supervisando a los cocineros que hacían su debido trabajo. Cuando uno de ellos que resultaba ser un trabajador nuevo le entregó un número de platos que recién había elaborado para que la hija del gran chef fuera quien le diera un primer bocado.

Pues quería resaltar sus habilidades tras ser contratado para trabajar en uno de los mejores restaurantes del lugar.

El hígado estaba siendo cocinado a fuego medio en el sartén, luego de haber sido perfectamente lavado y cortado en pequeños pedazos con un cuchillo afilado. Una vez que el delicioso olor a aquel órgano aumentaba, se le añadió pimientos y cebollas también picados para sofreírlos durante un rato.

También en otro plato un trozo de carne tierna con espárragos fue agregado, y en un tazón se había servido un oloroso estofado.

Darcey aceptó los dichosos platillos con emoción y pinchó con su tenedor las diferentes carnes que habían sido servidas. Sin bulla de por medio, la muchacha se llevó un trozo a la boca y así, se deleitó con el sabor del alimento; el sabor que estaba buscando hace tanto tiempo y finalmente volvía a saborear.

Eran carnes frescas de textura tierna y exquisita.

—¿Qué le parece, señorita Doliner? —cuestionó el hombre, con impaciencia, quería que todo resultara de la manera más perfecta.

—He de admitir que ha quedado realmente bueno. Te felicito. —objetó ella, mientras masticaba satisfecha, le encantaba.

Darcey observaba al nuevo cocinero, admirando aquellas cualidades que tanto le resultaban alertas.

El cocinero contento le sonrió y tomó su respuesta como una aprobación, antes de retirarse para seguir con su trabajo. Mientras comía, Darcey le echó un vistazo a la última porción de carne que le faltaba. Y le sonrió.

—Es una lástima que acabaras de esta manera, pero tenía que hacerlo, ¿sabes? —le hablaba a su alimento— Sabía que te había elegido bien, Benny.

F I N.

así termina meat; con Benedict convertido en un buen trozo de carne siendo servido en uno de los mejores restaurantes existentes, junto a platillos de muchas víctimas más.

'El infierno a penas ha comenzado, no cuando entraste a la carnicería, sino cuando saliste de ella pensando que no serías uno más de sus consumos'




(tengo que editar este libro, oh god.)

(si desean leer más de mi, actualmente estoy escribiendo 'healer' y puede que pronto publique más obras que no me atreví a publicar, je.)

(ily)

MEAT. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora