肉 1.13 inquietud.

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La carne es una auténtica delicia.

Era aquella la típica frase que Oliver le recitaba a su hija Darcey cada vez que ambos iban y salían juntos de la carnicería.

Sin lugar a dudas, era un hecho que todo aquel que manipulara la comida sabía.

Un hecho que todo dueño de restorán conocía.

Incluso, cada uno de los clientes que compraban carne lo difundían.

Su textura tierna en combinación con una jugosidad inigualable hacía que simplemente fuera un alimento exquisito y realzado. Con un primer bocado, su suculencia se envolvía en el paladar de cualquiera con un sabor rico y lleno de riqueza.

Sin embargo, habían algunos cuya lengua no podían apreciar dicha complaciencia. Siendo una de estas alguien que en un principio nadie se espera, tratándose así de la hija de un gran chef como lo era Oliver Doliner.

Tras haber salido de la carnicería con una barra de costillas, carne molida y cordero, ya en su gran casa Oliver se encontraba revisando y limpiando la costillera, dándose cuenta de que sutilmente la carne era diferente a la usual que solía comprar. No obstante, incluso al haber notado dicha alteración, no dijo nada y muy al contrario solo prosiguió en cocinar.

El plato de la noche, esta vez iba a ser una costilla a la vainilla y puré de chiviría con reducción de vino tinto. Aquella era una receta que Oliver quería incorporar a su restaurante, pues lo venía pensando durante varias semanas, y por eso, como era de costumbre, insistía en que Darcey lo acompañara en el proceso.

Teniendo a su primogénita a su lado con el cabello recogido y su vestimenta, Oliver empezó a indicarle a la chica lo que debía hacer. Iniciando con raspar las vainas de vainilla para reservar las semillas. Luego, en una cazuela grande se calentó aceite de oliva para sellar las costillas. Una vez reservándolas, en la misma olla se agregó un caldo de res casero con vino tinto de alta calidad, junto a vino de Opolto, las semillas de vainilla, tomillo y laurel.

De esa manera, se volvió a colocar las costillas junto al caldo para dejarlas cocinar hasta el punto de que la carne estuviera extremadamente tierna y se pudiera separar fácilmente de los huesos. Pronto Oliver continuó haciendo el puré de chiviría y la reducción de vino tinto, mientras que Darcey manipulaba únicamente la carne.

Aunque muy a pesar de las veces anteriores, por primera vez, Darcey no estaba sintiendo tanto asco como antes. No sabía si era por las múltiples veces que había estado rodeada de carne que ya se había acostumbrado, o era aquella preparación la que tenía algo diferente.

De todos modos, una vez finalizada la cocción, Oliver le pidió a Darcey servir la comida mientras él se quitaba el delantal y se iba a sentar en la mesa. Darcey no se negó y sirvió dos platos, pensando en que su madre también se uniría como usualmente lo hacía.

No obstante, la voz de su padre resonó en sus oídos con un comentario poco angustiante.

—Esta noche solo estaremos tú y yo, Darcey.

—¿Dónde está mamá? —cuestionó la joven extrañada, pero con unas orbes intimidantes, Oliver solo se limitó a contestar,

Con aquel gesto, Darcey no se atrevió a decir nada más y decidió continuar en silencio cortando primeramente las costillas en porciones individuales, después en un plato puso una cucharada generosa del puré en el centro, para luego posar las costillas encima. Roció la carne con la reducción de vino tinto antes de finalizar con la decoración de unas hojas de tomillo fresco.

Así, Oliver percibía como la joven muchacha preparaba todo a distancia y sonreía, porque notaba como poco a poco, tras sus arduas enseñanzas, su hija mejoraba en el proceso aunque como era de costumbre, aún no consideraba que Darcey llegara a sus exageradas expectativas.

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