Me quedé mirando la nota, mi mente girando en círculos. El miedo y la preocupación se mezclaban en una tormenta caótica. La sensación de vulnerabilidad era casi tangible, como si cada sombra en la habitación pudiera esconder al observador desconocido.
Recogí las fotografías y las miré una vez más. No había duda de que me habían seguido con una meticulosidad inquietante. Cada paso que había dado hoy, cada momento de debilidad, había sido capturado y registrado. El pensamiento de que alguien había estado en mis momentos más privados y dolorosos me hizo sentir aún más frágil.
No podía ignorar la nota. La pregunta era directa y cargada de significado. ¿Qué haría yo si supiera que alguien estaba observando? La verdad era que no tenía idea. El sentimiento de estar constantemente vigilada era aterrador y desgarrador. Me encontraba en una encrucijada emocional, con mi mente desbordada de angustia y confusión.
Decidí que, a pesar del temor y la inquietud que el sobre había causado, necesitaba un respiro, algo que me sacara del torbellino de mis pensamientos. La fiesta de Romina, aunque no era lo que había planeado para la noche, parecía la mejor manera de distraerme.
Me arreglé con la esperanza de que el cambio de ambiente pudiera calmar mis nervios, aunque la preocupación seguía latente en mi mente. Primero, me duché rápidamente, intentando eliminar cualquier rastro de cansancio y tristeza. Luego, comencé a prepararme. Me puse un vestido verde esmeralda que Romina me había dado, el color vibrante contrastaba con mi piel pálida y realzaba mi figura. El vestido se ceñía a mis curvas con elegancia y caía en una suave onda sobre mis piernas.
Me miré en el espejo, notando cómo el cabello largo y negro ondulado caía con gracia sobre mis hombros. Los ojos color miel se destacaban más intensamente con el maquillaje en tonos oscuros que había elegido. La combinación de sombras y delineador acentuaba la profundidad de mi mirada, dándole un aire seductor y misterioso.
Tomé el antifaz negro sexy que Romina había elegido para mi y lo coloqué cuidadosamente sobre mi rostro. El antifaz, con sus intrincados detalles y su diseño seductor, ocultaba parte de mi identidad, pero también me daba una sensación de empoderamiento, como si pudiera convertirme en alguien diferente, alguien que podría manejar cualquier cosa que el mundo le lanzara.
Miré mi reflejo una vez más, intentando convencerme de que todo iba a estar bien, y que, al menos por unas horas, podría dejar de lado el temor que me había invadido. Sabía que debía salir, enfrentar la noche y, con suerte, encontrar un poco de alivio en medio de la fiesta.
Tomé una última respiración profunda antes de salir de casa, con la esperanza de que el ambiente festivo me ayudaría a encontrar un poco de paz, aunque fuera temporal.
El coche que Romina había enviado llegó puntualmente, un elegante sedán negro que me llevó hasta la residencia. A medida que nos acercábamos, me preparé para sumergirme en un ambiente completamente diferente al caos de mi día.
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Tentaciónes [EN CURSO]
RomanceEn la ciudad de Montclair, donde el poder y el prestigio dominan cada rincón, la familia Meyer Montecristo se erige como la más influyente y temida. Cuando Eros Meyer Montecristo, el atractivo y enigmático heredero, regresa a la ciudad, su llegada d...