𝐏𝐮𝐛𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐚𝐧𝐭𝐞𝐝𝐢𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚𝐧𝐚 - 𝑃𝐴𝑅𝑇𝐸 𝐼𝐼𝐼

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El rostro de Charlie reflejaba una mezcla de exasperación y ansiedad conforme caminaba de un lugar a otro. Su cabello, normalmente bien peinado, ahora caía en mechones desordenados alrededor de su cara. Los ojos, rojos e irritados por la falta de sueño y el estrés acumulado, se movían frenéticamente de un lado a otro mientras sus manos gesticulaban con desesperación y murmuraba alguna que otra cosa. Frente a ella, una pizarra se extendía llena de folletos del show de talentos y varios esquemas mal dibujados, adornada con una serie de notas de papel que colgaban precariamente, como si en cualquier momento fueran a desmoronarse junto con su frágil estado emocional.

Angel, observando la escena desde su lugar, no podía evitar una sensación de déjà vu. Recordaba claramente haber visto algo similar justo antes del pasado exterminio. Charlie, en esos momentos de estrés extremo, solía perder el control, colapsando bajo el peso de sus propias expectativas y la presión de un problema en el cual ella misma se había metido.

Sentado cómodamente en uno de los sofás, Alastor sorbía su taza de café con una sonrisa permanente y una expresión de diversión en su rostro. Sus ojos rojos brillaban con un interés casi morboso mientras observaba la agitación de Charlie, disfrutando del caos que se gestaba a su alrededor. Niffty, siempre inquieta, se mantenía cerca. Su grande y curioso ojo seguía los movimientos frenéticos de la rubia. Vaggie, por otro lado, estaba preocupada. Su postura era tensa, con los brazos cruzados sobre el pecho, y su expresión severa mostraba claramente su inquietud por el estado de su novia. La ex exorcista se esforzaba por encontrar una manera de calmarla, pero no sabía cómo hacerlo sin empeorar la situación.

Husk observaba la escena con una mezcla de cansancio e intriga. Incluso él parecía preocupado por la princesa. Cada vez que la rubia pasaba cerca de él, Husk fruncía el ceño, preguntándose cuánto tiempo más podría soportar la princesa antes de derrumbarse. Angel, de pie junto al cantinero y con Fat Nuggets acurrucado entre sus brazos inferiores, permaneció observando igual de turbado. La incesante caminata de Charlie le hacía sentir nervioso, deseando poder hacer algo para ayudarla. Su cerdito, sensible al estado de ánimo de Angel, se acurrucó aún más cerca, emitiendo suaves gruñidos de consuelo.

Finalmente, la rubia se detuvo frente a la pizarra, mirando los folletos y los esquemas con una mezcla de desesperación y determinación. Su respiración era pesada, y sus manos temblaban ligeramente mientras intentaba encontrar una solución a los problemas que la abrumaban.

—¡No puedo hacerlo! — exclamó, visiblemente frustrada—. ¡No sé cómo hacer que esto funcione! Tiene que ser perfecto, y tengo a apenas dos semanas para hacer que este evento sea un éxito rotundo. Si sale mal, entonces Velvette lo publicará en todas las redes sociales y hará ver el hotel como una completa burla.

Vaggie, con su habitual calma, se acercó a Charlie. Puso una mano reconfortante en su hombro, tratando de transmitirle seguridad.

—Todo saldrá bien, cielo— dijo, con su ojo fijo en los de Charlie—. Ya tenemos todo planificado y no hay razón para que algo salga mal.

Alastor, aún con su eterna sonrisa dibujada en el rostro, se levantó de su silla. Con movimientos elegantes, se acercó a la conversación.

—En efecto, he planificado todo meticulosamente— dijo Alastor con su tono melodioso, cada palabra cuidadosamente medida—. Además, ya repartí todas las invitaciones en el barrio caníbal y a viejos amigos que estarán encantados de venir, y algunos otros que tendrán que venir, por las buenas, o por las malas. No deberías preocuparte, solo restan algunos ínfimos detalles como la decoración...

Luego, su mirada se dirigió a los huéspedes, sus ojos brillando con una chispa de diversión para después añadir:

—Y el talento, claro.

🕷🕸️ • 𝑁𝑒𝑤 𝑠𝑖𝑑𝑒 𝑜𝑓 𝑚𝑒 • 🎰🂡 - (𝐻𝑢𝑠𝑘𝑒𝑟𝑑𝑢𝑠𝑡)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora