𝐏𝐮𝐛𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐚𝐧𝐭𝐞𝐝𝐢𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚𝐧𝐚 - 𝑃𝐴𝑅𝑇𝐸 𝐼𝑉

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Husk tenía un mal presentimiento, algo que ocurría a menudo en los últimos tiempos, más de lo que le hubiese gustado. Estaba en la barra, con la botella de alcohol barato en una de sus manos mientras el otro brazo reposaba sobre la superficie de la barra. Su mente vagaba en pensamientos oscuros y pesados. Miró el reloj colgado en la pared, observando cómo las manecillas se movían lentamente. Aún era demasiado temprano para que Angel llegara.

¿Desde cuándo le resultaba tan importante? Quizá desde un mes después de haber hecho las paces con él. Antes de eso,  se limitaba a observar y analizar desde la distancia. Siempre había sido bueno en eso, un don que el pasar de los años le había dado. Una vez se perdía todo, lo único que te quedaba era analizar y pensar en qué habías hecho mal, en tus errores. Inevitablemente, también veías a los demás y anticipabas en qué se iban a equivocar, en qué estaban fallando. Era una especie de mecanismo de defensa, una manera de evitar el dolor de los propios fracasos enfocándose en los de los demás.

Suspiró, tomando otro trago de la botella. El licor barato quemaba su garganta, pero era un dolor al que se había acostumbrado, un recordatorio constante de su propia decadencia. Miró el reflejo en el espejo detrás de la barra y vio a un demonio cansado y abatido, con los ojos apagados y las marcas de los años grabadas en su rostro.

Observó a los esclavos de Alastor arreglar la pared con una mezcla de resignación y amargura. Sus movimientos eran precisos y eficaces, como si estuvieran programados para realizar su tarea sin error alguno. Mientras los veía trabajar, no pudo evitar que su mente divagara hacia un oscuro rincón de su pasado. ¿Qué habría pasado si Alastor no hubiese tenido piedad sobre su alma? ¿Habría terminado igual, perdido en un abismo sin fin? La pregunta resonaba en su mente, una espina constante en su consciencia.

Bueno, estaba igual de esclavizado. Su presencia en el bar se lo recordaba constantemente. Cada botella que servía, cada trago que se llevaba a sus propios labios, era un recordatorio de su sumisión a Alastor. Extrañaba esos siete años sin él, cuando creyó que finalmente era libre de sus estúpidas peticiones sin sentido. Había sido un espejismo de libertad, una ilusión que se desvaneció tan pronto como el soberano volvió a aparecer en su vida.

Esos años habían sido los más cercanos a la paz que había experimentado en mucho tiempo. Sin la sombra del infame demonio de la radio cerniéndose sobre él, había podido respirar, aunque fuera solo un poco. Pero la ilusión de libertad fue destrozada cuando el venado decidió involucrarlo en su nueva locura: un estúpido hotel que buscaba la redención. Sin importar cuántas veces lo repitiera en su mente, seguía sonando igual de ridículo.

Husk apretó la mandíbula, sintiendo un nudo de frustración formarse en su garganta. ¿Redención? En el Infierno, la idea era tan absurda que casi resultaba insultante. Y allí estaba él, atrapado en medio de esa farsa, obligado a desempeñar el papel de bartender y recepcionista. El trabajo en sí no era lo que le molestaba; era la constante sensación de estar atrapado en una broma cósmica sin fin, una marioneta en un teatro de lo absurdo.

Fue en medio de sus pensamientos oscuros y entrelazados que percibió una figura familiar acercándose a la barra. Alzó la vista y, al reconocer a Blitzø, no pudo evitar rodar los ojos con exasperación. La presencia del diablillo seguía resultándole profundamente desagradable, una irritación constante en su ya tensa existencia.

El imp se apoyó en la barra con su característica confianza desbordante.

―Oye, pelusa, dame un trago.

―Vuelve a decirme pelusa y te devolveré a tu maldita oficina de una patada― gruñó Husk, sin apartar la mirada de él. Luego, en tono seco, añadió―. Y si quieres beber, paga.

El diablillo, siempre dispuesto a jugar, sacó un par de billetes y le devolvió la pregunta con una sonrisa sardónica.

—¿Qué puede beber alguien como yo aquí? —  sus ojos brillaron con un destello burlón mientras dejaba el dinero sobre la barra―. ¿Alguna recomendación?

🕷🕸️ • 𝑁𝑒𝑤 𝑠𝑖𝑑𝑒 𝑜𝑓 𝑚𝑒 • 🎰🂡 - (𝐻𝑢𝑠𝑘𝑒𝑟𝑑𝑢𝑠𝑡)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora