𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐫𝐞𝐬 - 𝑃𝐴𝑅𝑇𝐸 𝐼𝐼𝐼

229 17 14
                                    

El aire se cargó con palmario disgusto. Henroin, quien expresaba desdén desde su agudo mirar, fue el primero en romper el incómodo silencio que se había asentado sobre todos los presentes.

—Anthony no ha cambiado nada— comentó con desprecio—. Esto es lo que siempre hace, huir cuando las cosas se ven mal para él.

Husk, que había estado observando la situación con creciente frustración y enojo, apretó los puños y afiló la mirada. El comentario de Henroin fue la gota que colmó el vaso. Sin pensarlo dos veces, se giró hacia el demonio más grande y le espetó con un gruñido:

—Jódete, infeliz.

Sin esperar respuesta, el cantinero se dio la vuelta y se dirigió a la salida, decidido a encontrar a Angel y asegurarse de que estuviera bien. Lo demás le importaba poco. Ni siquiera se detuvo a pensar en qué efecto podían tener sus causticas palabras en el padre de Angel. El progenitor, indignado por la audacia del cantinero, gruñó de vuelta y comenzó a seguirlo. La furia se reflejó en cada línea de su rostro, mientras avanzaba con claras intenciones de confrontarlo físicamente.

—¡Vuelve aquí, pedazo de mierda!

Pero, antes de que pudiera llegar a Husk, Charlie se interpuso en su camino, con una mirada firme y decidida. Una vez se aseguró de que Husk había salido del hotel, su voz clara y llena de autoridad resonó en el salón:

—No permitiré que nadie trate mal a mis amigos.

Su mirada se desplazó de Henroin a Arackniss; éste último observaba la escena con una expresión indescifrable. Charlie continuó con una inusual molestia, bordeando la misericordia, pero suficientemente firme como para poner orden.

—No sé exactamente qué ocurrió, pero conozco a Angel. Es una buena persona, y ha estado haciendo todo lo posible por cambiar y mejorar. No permitiré que lo juzguen tan mal, aún si cometió errores. ¡Todos podemos equivocarnos! Y sé que él está profundamente arrepentido por todo. Es por eso que está aquí.

Vaggie, con una determinación igual de fuerte, se unió a su novia, posicionándose junto a ella con su lanza en mano, reforzando la posición de la princesa del infierno. Los demás presentes, aunque inicialmente sorprendidos, comenzaron a asentir lentamente, mostrando su apoyo a la declaración de la dueña del hotel.

Henroin, desconcertado por la defensa apasionada de Charlie y el apoyo creciente de los presentes, se detuvo en seco. La ira en su rostro se transformó en una mezcla de incredulidad y resentimiento. Miró a Charlie con desdén, y habló cargado de amargura.

—No lo conoces tan bien como yo, pero si supieras todo lo que nos hizo, entenderías por qué no merece el perdón de nadie. Anthony fue y siempre será nuestra ruina— las palabras de Henroin resonaron en el salón con un eco de resentimiento—, y será la suya también, su majestad.

La princesa, con una mirada firme y decidida, se enfrentó al demonio, dejando que su voz resonara con convicción.

—¡Eso jamás será así! Sé que Angel será la prueba de que los pecadores pueden redimirse. Y cuando eso pase, tendrás que admitir que estás equivocado. Pero, hasta entonces, ¡ustedes dos pueden irse a...!

Evaluó sus palabras e hizo una pausa, inspirando profundamente, intentando emular la valentía de Husk al haberse enfrentado a Henroin, aunque buscaba mantener la compostura y el respeto. Con una calma estudiada, la rubia continuó:

—P-Pueden irse de vuelta a su casa― se detuvo, enderezándose, buscando la postura más autoritaria posible antes de agregar mientras alzaba el índice de su diestra―, hasta que reflexionen sobre su rencor y comportamiento. Y, quizá, puedan redimirse algún día.

🕷🕸️ • 𝑁𝑒𝑤 𝑠𝑖𝑑𝑒 𝑜𝑓 𝑚𝑒 • 🎰🂡 - (𝐻𝑢𝑠𝑘𝑒𝑟𝑑𝑢𝑠𝑡)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora