🕷🕸️ • 𝑁𝑒𝑤 𝑠𝑖𝑑𝑒 𝑜𝑓 𝑚𝑒 • 🎰🂡 - (𝐻𝑢𝑠𝑘𝑒𝑟𝑑𝑢𝑠𝑡)

𝐅𝐚𝐦𝐚 𝐞𝐧 𝐉𝐮𝐞𝐠𝐨 - 𝑃𝐴𝑅𝑇𝐸 𝐼𝐼𝐼

Angel se observó en el espejo con una concentración inusual, ajustando los últimos mechones de su cabello con delicadeza. Sus dedos, acostumbrados a trabajar en ritmos apresurados y estilos llamativos, ahora se movían con una calma casi desconocida para él. Terminó de peinarse, permitiéndose un momento para admirar su reflejo.

Su atuendo era una declaración en sí mismo. Una camisa negra, simple y elegante, se ceñía a su torso de manera cómoda, mientras los pantalones beige caían con suavidad sobre sus piernas, marcando un contraste sutil con el calzado negro pulido. No era el tipo de ropa que usualmente elegía, eso era evidente, pero esa era precisamente la idea. Buscaba algo diferente, algo que se alejara de la versión llamativa y provocativa de sí mismo que había sido su sello distintivo durante años.

Había pasado tanto tiempo encarnando esa imagen, la de la estrella porno lujuriosa, que casi había olvidado cómo era sentirse cómodo en su propia piel. Pero hoy, en ese momento, decidió que no tenía la obligación de complacer las expectativas de los demás. Esta vez, su presentación no se definiría por vestidos ajustados, maquillaje pesado o prendas diminutas. No, esta vez sería auténtico, y esa autenticidad venía con un estilo más sobrio, más personal.

Sabía que su elección de vestimenta daría de qué hablar. Había algo casi subversivo en su decisión de no vestirse como la caricatura de sí mismo que todos esperaban. Sin embargo, lejos de preocuparle, esa posibilidad le brindaba un extraño consuelo. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que estaba tomando el control de su narrativa, alejándose de la imagen que otros habían construido de él.

Sin embargo, a pesar de esa satisfacción, no pudo evitar que una ola de nervios recorriera su cuerpo al imaginarse cantando la canción que había escrito frente a todos.

Cerró los ojos, inhalando profundamente para calmarse. Se recordó a sí mismo que solo era una noche. Una sola presentación. Había pasado por cosas mucho más difíciles antes; esto no debería ser diferente. Pero, a diferencia de otras veces, esta actuación tenía un significado especial. Era una oportunidad para demostrar que había cambiado, que podía ser más que solo Angel Dust, el personaje que todos conocían. Pero al mismo tiempo, la presión de ser alguien más, de ser Anthony, lo abrumaba.

Mientras se esforzaba por tranquilizar sus pensamientos, una memoria reciente vino a su mente, como un destello de luz en medio de la ansiedad: la invitación de Husk a Ozzie's. Recordó cómo el cantinero, con su típico tono despreocupado, había sacado ese pequeño cristal de su bolsillo, prometiendo una noche fuera de lo ordinario. La simple idea de salir con él, lejos de todo el caos que normalmente rodeaba su vida, le arrancó una sonrisa sincera.

Escuchó un suave toque en la madera y, con una última mirada al espejo, se acercó para abrirla. Al otro lado, encontró a Charlie con una expresión de genuina curiosidad y entusiasmo en su rostro.

—¿Estás listo? — su expresión cambió en un instante cuando lo vio—. Wow...

El asombro en su voz era evidente. La rubia lo observó de arriba abajo, divisando cada detalle de su atuendo poco habitual. Angel, sintiéndose un poco expuesto bajo su mirada, se rascó la nuca con una mezcla de nerviosismo y timidez, un gesto raro en él.

—Sí, es... diferente— admitió la araña, vacilante—. Quizá se vea raro, no lo sé. ¿Debería cambiarme?

Charlie negó con la cabeza rápidamente, y su cálida sonrisa iluminó aún más su rostro.

—Te ves maravilloso— aseguró con una convicción que Angel no pudo ignorar. Había una sinceridad en su voz que le hizo sentir un calor reconfortante en el pecho.

La sonrisa que la araña le devolvió fue genuina, algo que rara vez se permitía en su día a día. Había pocas personas en su vida que realmente apreciaban quién era más allá de la fachada, y Charlie era una de ellas. En su mirada brillante, vio algo que le recordó a alguien más. Fue un destello fugaz, pero en esos breves segundos, Angel pudo ver a Molly reflejada en los ojos de la princesa. La misma calidez, la misma bondad, el mismo apoyo.