Capítulo 13

30 6 0
                                    

Moonbin no sabía qué lo irritaba más, el hecho de que todavía no hubiera sido capaz de follar a Eunwoo hasta dejarlo hecho leña, el largo viaje en auto que acababa de soportar o que tuviera que cruzar caminando medio estado mientras escuchaba a Donghyun y a Xiumin quejándose. Todo no era más que una gran tormenta de mierda envuelta en una pesadilla de proporciones épicas.

Está bien, tal vez no fuera del todo malo. Al menos Eunwoo estaba ahí, y a Moonbin le encantaba eso. A pesar de que lo volvía loco estar tan cerca de su compañero y no poder retozar con él. Había demasiados testigos cerca. Sin embargo, eso no impidió que Moonbin le robara un montón de besos y apapachos.

Moonbin se resbaló con la maleza del bosque y casi cayó de culo. Eunwoo lo salvó en el último momento al estirarse y engancharlo por un brazo. Moonbin soltó un suspiro de alivio. Si hubiese acabado en la tierra, los otros nunca le habrían permitido olvidarlo. Ahora solo tenía que esperar a que no lo hubieran visto resbalándose. Pero un montón de risitas acabaron con dicha esperanza de inmediato.

—¿Cómo era el mito de que los gatos son ágiles? —preguntó Donghyun al grupo.

—No sé de dónde vino, pero obviamente es mierda. Moonbin lo sigue probando una y otra vez —dijo Xiumin.

—Casi es como si se desviara de su camino para caerse todo el

tiempo —agregó Donghae.

—Uno casi diría que lo ha hecho su hobby —dijo Ten.

—¿Siempre son así? —le preguntó Eunwoo a Moonbin.

—Sí. Bueno, no tanto con Ten. Él es más del tipo silencioso, aunque letal. Pero los otros siempre son unos imbéciles. Y no te preocupes, vas a terminar acostumbrándote —dijo Moonbin.

—Espera ¿te acaba de comparar con un...? —Donghae señaló a Ten.

—Ni siquiera vayas por ahí. Puede que no sea un Asesino como Xiumin, pero te puedo matar. Seas hermano o no —advirtió Ten.

—Qué fuerte. —Donghae negó con la cabeza.

—Querido Dios. Dime que no nos queda mucho más que caminar o los mataré a todos con mis propias manos —exclamó Minwoo.

—Miren lo que hicieron. Volvieron a mi gentil compañero tan loco, que está listo para cometer un acto violento. Espero que se sientan orgullosos —declaró Donghyun.

—Odio darte las noticias, pero creo que te incluyó en esa declaración —le dijo Moonbin.

Personalmente, guardaba la esperanza de que llegaran pronto a su destino. No solo estaba adolorido y cansado, sino que se sentía bastante homicida, también. Sabía que la parte física probablemente fuera algún efecto persistente del envenenamiento. Que era otra razón por la iba a arrancarle el bazo a El Coleccionista y comérselo.

Justo después de que Moonbin hiciera que el hijo de puta se guisara en una de sus propias jaulas por un mes, primero. Mejor aún, hacer que el imbécil lo hiciera mientras tenía puesto ese ridículo pijama de pingüinos. Es decir, si había sobrevivido a la herida de bala.

—Deberíamos ver la cabaña en cualquier momento —dijo Eunwoo—. Pensé que ya estaríamos ahí para ahora. Deben haber crecido un montón de cosas desde la última vez que estuvimos aquí.

Prácticamente había sido excavada en un lado de esta enorme colina.

—¿Quieres decir que en realidad la construyó a medio camino en la Tierra? ¿Justo como hicieron en La Casa de la Pradera? —Donghyun preguntó con la voz se llena de asombro.

Cuando todo el grupo le dirigió una mirada inquisitiva, Donghyun se encogió de hombros.

—¿Qué cosa? Leí toda la serie cuando era niño. La biblioteca de mi barrio era muy limitada y no es que mi Coalición fomentara la lectura —dijo.

Serie de los CP 34 - La Novena Vida de MoonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora