Capítulo 11

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Moonbin se sentó en el techo del cuartel general y suspiró. Aunque el sol había alcanzado su punto máximo en el cielo, el aire todavía se sentía frío, su aliento formaba vaho frente a él, pero no se sintió inclinado a entrar. Tiritó de frío ya que no se había molestado en agarrar un abrigo y solo tenía puesta una camiseta, pero sabía que no corría el riesgo de morir de hipotermia. Al fin y al cabo, era un cambiaforma y estaban hechos para resistir este tipo de cosas.

Claro, eran recios. Sólidos. Fuertes. Capaces de recibir una paliza y no romperse. Al menos eso era lo que siempre les habían dicho. Se suponía que hasta las razas más pequeñas como los Gatos, eran más rápidas, inteligentes y mejores que los humanos.

Si ese era el caso ¿por qué Moonbin siempre se sintió tan frágil?

Hasta de niño, antes de que su Colonia fuera destruida y perdiera a su familia, no podía recordar un momento en el que no se sintiera como si estuviera a punto de ser destrozado. Mientras sus compañeros de camada siempre estaban corriendo por todas partes, ansiosos por explorar el mundo, él se escondía detrás de las piernas de su madre, temeroso de su propia sombra. Lo que había enojado a su padre mucho. Al punto que había tratado de meterle algo de coraje a punta de palizas.

Lo que funcionó por un tiempo, también. Conforme Moonbin fue entrando a la adolescente, se forzó a armarse de coraje. Cuando llegó el momento de unirse a la Academia de la Colonia para entrenarse

como soldado, había sido el primero en inscribirse. A diferencia de la Coalición de Yunho, aceptaban a sus adolescentes mucho más jóvenes. Estaban desesperados por nuevos reclutas. Para sorpresa de todos, Moonbin, de hecho, había sido bueno ahí. O al menos, lo había sido hasta que la Colonia fue atacada.

Moonbin todavía podía recordar ese día como si hubiera sido ayer, a pesar de que solo tenía doce años en ese entonces. El ataque había sido tan rápido y duro, que ni siquiera tuvieron tiempo de prepararse, mucho menos de estar listos para contraatacar. El olor de la carne quemándose y la sangre quedaría fundido para siempre en su memoria, junto con los gritos de su familia. Cuando todo terminó, fue el único de su camada que sobrevivió. Sus padres desaparecieron, al igual que la mayor parte de la Colonia. Los pocos que sobrevivieron se dispersaron, y nunca más los volvió a ver. Si aún estaban vivos, no sabía.

—Donghyun dijo que estarías aquí arriba —dijo Eunwoo.

Moonbin se volvió solo un poquito, sorprendido de ver que el Gato Montés lo había seguido hasta el techo. Eunwoo no parecía enojado por su dramática salida de la oficina de Yunho. Por lo que Moonbin estuvo agradecido. Moonbin deseó poder recuperar esos veinte segundos, pero esa era la historia de su vida. Siempre estaba haciendo cosas como esa. Siempre todo llama drama, luego lamentándolo más tarde. Si recibiera un niquelpor cada minuto que permanecía despierto durante la noche, haciendo una mueca por las veces en los que había hecho el ridículo, sería más rico que Bezos.

—Kun me contó de este lugar —respondió Moonbin—. Es su escondite

secreto cuando quiere escapar.

—Y ahora fuiste y se lo arruinaste contándomelo. —Eunwoo se acercó y se sentó a su lado en el cemento duro.

—Bueno, técnicamente, Donghyun lo hizo cuando te dijo dónde encontrarme.

—Me atrapaste, lo que quiere decir que estás a salvo. Kun es el cambiaforma Águila del que me estuviste contando anoche, cuando estábamos viendo películas ¿cierto?

—Correcto. —Moonbin sonrió—. Me sorprende que lo recuerdes con todo lo que balbuceaba.

—¿Cómo podría olvidarlo? No todos los días me entero de un cambiaforma Águila que le teme las alturas. Es aún más interesante que el hecho de que su escondite esté en el techo.

Serie de los CP 34 - La Novena Vida de MoonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora