Cuando Yunho los despertó de un golpe en la puerta, Moonbin no se sintió descansado en lo absoluto. Más que probable debido a que había tenido a Eunwoo despierto la mayor parte de la noche teniendo el mejor sexo del mundo.
—¿Ya es de mañana? —preguntó Eunwoo, entre bostezos.
—Me temo que sí. Estoy cansadísimo, pero no me arrepiento de haber dejado el sueño por la diversión que tuvimos.
—Yo tampoco. —Eunwoo sonrió con malicia—. ¿Crees que los demás nos escucharon?
—En un momento dado me gritaste que te llamara Papi. Así que, síp, estoy bastante seguro de que sabían lo que estábamos haciendo.
—Lo que quizás haga las cosas embarazosas, hoy.
—Solo un poco. Sin embargo, no me preocuparía. Quizás haya alguna burla, pero no se saldrá mucho de las manos. Son mis amigos, además Yunho está aquí. Él les dirá que paren si se les pasa la mano
—le aseguró Moonbin.
Eunwoo se inclinó y besó a Moonbin. Delicioso, incluso con un poco de aliento mañanero. A Moonbin le encantaba que Eunwoo fuera del tipo meloso. Había estado tan hambriento de afecto durante tanto tiempo, que tenía pendientes unos mimos. Tal parecía que Eunwoo estaba decidido a compensarlo por el tiempo perdido, y Moonbin estuvo más que feliz de aceptar el amable gesto.
—Será mejor que nos pongamos en marcha —dijo Moonbin con un suspiro renuente.
Se limpiaron, se vistieron y guardaron sus equipos antes de unirse a los demás. El desayuno consistió en unas cuantas barras de granola y café. No fue lo que se dice una comida gourmet, pero como soldado, Moonbin la había tenido mucho peor en el pasado. Aparte de unas cuantas miradas agudas y unas risitas a su paso, los demás no tuvieron mucho que decir. Aunque Moonbin no contaba con que eso durara mucho.
Justo estaban limpiando lo último de la comida cuando la puerta del frente fue abierta de una patada. Al mismo instante, las ventanas se rompieron y varios cuerpos invadieron la pequeña cabaña. Moonbin se puso de pie de un salto y sacó sus espadas cortas al mismo tiempo que los otros. El único que no reaccionó fue Eunwoo. Moonbin se movió de modo que estuvo frente a su compañero en modo protector. Eunwoo podía ser grande, pero no tenía ningún entrenamiento y no tendría alguna posibilidad frente a sus atacantes.
Moonbin les echó una mirada. Estaban vestidos de cuero negro, pero no eran Cuervos. Tenían plumas de colores brillantes pegadas a su ropa. Además, de que tenían el pelo teñido de rojo, azul y amarillo. Incluso tenían las caras pintadas de tonos neón. Moonbin supo al instante que se trataba de esas aves misteriosas.
—Dios mío, chicos, si parecen bailarines de Katy Perry. Deberían sentirse avergonzados —declaró Donghae.
—No te atrevas a faltarle el respeto a Katy —Donghyun dijo bruscamente—. Ni muerta la atraparías con estos aspirantes a punks.
—¿Eso es lo mejor que se te ocurre? —preguntó Ten.
—¿Qué hay de malo con eso? —preguntó Donghyun.
—No sé. Como que suena débil. Por lo general, tus ocurrencias contienen más como un aguijón —Ten se encogió de hombros.
—¿Nos van a atacar ya? — Moonbin le preguntó a las aves—. No soporto escucharlos más.
—Eso dolió en el alma lindo gatito. Tal vez nunca me recupere — respondió Donghyun.
Al menos los pájaros prestaron atención. Se lanzaron al ataque, todos sosteniendo algún tipo de arma más aterradora que la otra. Casi era como si hubieran regresado a los época medieval y robado lo peor de lo peor antes de volver al presente. Uno de ellos incluso tenía una maza de mierda. Lo que no tenía sentido dado el reducido espacio en el que se encontraban, pero estaba bien.
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Serie de los CP 34 - La Novena Vida de Moonbin
FanfictionSerie de los Cambiaformas Perdidos 34 - La Novena Vida de Moonbin RESUMEN Moonbin aprendió a desconfiar de otros cambiaformas por la forma en que lo trataban. Como cambiaforma Gato Doméstico, no es precisamente el cambiaforma más fuerte. Para compen...