Moonbin despertó lentamente y deseó poder dormir otra vez. Sin embargo, dos cosas lo detuvieron. Una, tenía que orinar. Como que muy urgente, de hecho. Debía haber bebido un pozo de agua el día anterior o algo así. La segunda era que, fuera lo que fuera sobre lo que estaba acostado, era incomodísimo. Se sentía como una losa de piedra, y la espalda le dolía como mierda. Intentó moverse un poco, pero todo lo que hizo fue hacer que su vejiga punzara en señal de protesta. Soltó un gemido mientras se preguntaba dónde estaría el baño más cercano.
Un fogonazo de pánico lo atravesó mientras se preguntaba si todavía estaría en su jaula de vuelta con El Coleccionista. Soñaba con escapar tan a menudo, que su tiempo con Eunwoo podría haber sido tan solo otro viaje nocturno. Todavía podía estar atrapado en su forma de Gato y de esclavo. Solo otra pieza de colección de ese asqueroso.
Moonbin abrió un ojo y dio un suspiro de alivio cuando se encontró en la enfermería de la Coalición. Aunque hubiera preferido encontrarse en su propia cama, no estaba dispuesto a quejarse mucho. Sobre todo porque Eunwoo estaba justo a su lado. El barman estaba durmiendo, con la cabeza apoyada en el colchón. Sus manos estaban agarradas con fuerza, y Moonbin sintió una sensación de calidez que lo atravesó al verlo. Se había despertado tantas veces solo. Nunca se había atrevido a imaginar qué se sentiría tener a alguien a su lado, y mucho menos sosteniendo su maldita mano. Era extraño, pero agradable al mismo tiempo.
—Eunwoo —susurró Moonbin.
Eunwoo se sentó derecho de inmediato. Parpadeó varias veces adormilado, un gesto tan lindo y tonto que hizo sonreír a Moonbin. Finalmente, Eunwoo pareció centrarse en Moonbin mientras sonreía.
—Estás despierto —dijo Eunwoo, declarando lo obvio.
—Sí, tengo que usar el baño. ¿Crees que puedas ayudarme a salir de la cama?
Moonbin odiaba pedir ayuda con una tarea tan simple, pero se sentía algo tambaleante, y no quería darse un batacazo en el hospital.
Tendían a fruncir el ceño con ese tipo de cosas. Miró a su alrededor y vio que Donghyun y Minwoo también estaban ahí. Lo que no le sorprendió mucho. La pareja prácticamente lo había adoptado desde que llegara a la Coalición. Al principio, Moonbin supuso que solo era porque querían una niñera gratis, pero resultó que realmente les gustaba.
—¿Cuánto tiempo han estado aquí? —preguntó Moonbin, haciendo un gesto hacia la pareja.
—Toda la noche. Dijeron que tenían unos adolescentes llamados Eunha y Sanghoon cuidando a sus hijos —respondió Eunwoo.
—Oh, no. Esos dos van a corromper a los cachorros —se rió Moonbin.
La verdad era que él amaba a Eunha y Sanghoon. Quizás causaran problemas de vez en cuando, pero ¿qué adolescente no lo hacía? Además, Moonbin no podía evitar sentir una cierta afinidad con Sanghoon. Ambos sabían lo que era ser el más pequeño. El más débil, que tenía que abrirse camino hasta la cima. El que tenía algo que demostrar.
—Parece que aquí les gustas a todos de verdad —dijo Eunwoo mientras desenchufaba la bomba de infusión de Moonbin y la jalaba alrededor de la cama.
—Sí, eso dicen. —Se encogió de hombros.
—¿No les crees? —Eunwoo extendió una mano para ayudar a Moonbin a salir de la cama.
—Estoy empezando a hacerlo, pero a veces es difícil. He salido escaldado un montón en el pasado.
Moonbin se puso de pie y se quedó parado un momento, orientándose.
Se sentía súper mareado. Tuvo que respirar hondo varias veces.
—¿Qué mierda me pasó? —preguntó.
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Serie de los CP 34 - La Novena Vida de Moonbin
FanficSerie de los Cambiaformas Perdidos 34 - La Novena Vida de Moonbin RESUMEN Moonbin aprendió a desconfiar de otros cambiaformas por la forma en que lo trataban. Como cambiaforma Gato Doméstico, no es precisamente el cambiaforma más fuerte. Para compen...