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Si Jongho pudiera describir en una palabra lo que sintió la mañana que despertó junto a Yeosang, esa palabra sería "pánico". Claro que no fue lo primero que sintió porque cuando abrió los ojos, lo primero que hizo fue sonreír mientras veía el plácido rostro de Yeosang mientras dormía. Se quedó contemplando cada una de sus facciones y quiso poder dibujarlo justo así, completamente desnudo y enredado en las sábanas. Lo de la noche anterior habia sido completamente maravillosa y totalmente inesperado, pero jamás podría quejarse porque había tenido a Yeosang entre sus brazos y lo había besado mucho mas de lo que alguna vez creyó que haría.

El problema era que una vez más Yeosang no estaba con el pleno uso de sus facultades, habian probado juntos la heroína y aunque Jongho recordaba y estaba consciente de todo lo que habían hecho, no podía asegurar que fuera igual para Yeosang. Jongho sabía que las drogas no funcionaban igual para todos. La primera vez que Mingi había probado la heroína, había vomitado todo lo que tenía en su estómago y había alucinado muy feo. Mientras que él había sentido el mayor de los placeres mientras aquella droga recorría su sangre.

Eso sumado a las caricias y besos que había compartido con Yeosang, hacían que la primera vez de Jongho fuera la mejor, pero ¿Qué hay de Yeosang? ¿Habría sentido lo mismo que él? ¿Estaría consciente de todo lo que habían hecho? ¿Se arrepentiría una vez que abriera los ojos? ¿Le diría que todo había sido un error producto de la droga?

Todas aquellas preguntas comenzaron a rondar la cabeza del alto y de pronto ya mo se sentía tan feliz mientras miraba a su mejor amigo. Su optimismo se había ido a un lugar muy lejano y temió que aquella hermosa amistad estuviera rota para siempre. Fue entonces cuando entró en pánico y prefirió huir antes de enfrentarse al rechazo.

Se había vestido a la velocidad de la luz apenas comprobando en el espejo que se viera decente y en silencio salió de su habitación después de darle una última mirada a Yeosang.

No contaba con que se encontraría a Mingi en la casa cuando estaba saliendo, sentía como si el más alto fuera a descubrir lo que había pasado con solo mirarlo y fue por eso que apenas le dio la cara para saludarlo y decirle que no tenía tiempo para hablar, que iba con prisa a un lugar y se despidió. Hasta él mismo se dio cuanta de lo extraño de su comportamiento pero no había nada que pudiera hacer para controlarse.

Caminó sin rumbo durante un buen rato sintiéndose aún peor porque ahora que pensaba más las cosas, se daba cuenta que no solo era un cobarde que había escapado porque no podía enfrentar a Yeosang, sino que también era un maldito infiel que había engañado a su novia.

Jongho sabía que con ella no se había hecho promesas de fidelidad ni nada, pero eso no lo hacía menos culpable, porque no solo sentía que le había fallado a su novia, también se había fallado a sí mismo porque él no era alguien infiel.

Sintió que el estómago se le revolvía ante el asco que sentía por su propia persona y se detuvo en un parque, se sentó en el pasto esperando que la sensación pasara y pudiera seguir caminando pero ¿A dónde? ¿A donde iba exactamente? estaba totalmente perdido.

Volvió a pensar en Yeosang, en cómo lo había mirado, cómo lo había acariciado y cómo lo había hecho sentir. Él no merecía a alguien como Yeosang, era muy bueno y muy puro como para siquiera aspirar a estar a su lado como algo más que un amigo y, sin embargo, lo deseaba. Deseaba poder estar junto al mayor como su novio, amarlo y ser amado por él. ¿Podría darse una oportunidad de olvidar y ser feliz junto Yeosang? ¿Querría Yeosang estar con él?

Se dijo que no iba a aclarar nada si seguía perdiendo el tiempo vagando por allí, de manera que decidió ser valiente y enfrentarse a lo que se que se pudiera venir .Iría a casa, se daría una ducha  y cuando estuviera bien arreglado buscaría a Yeosang para que pudieran hablar con tranquilidad.

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