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Paso cada uno de los días siguientes evitando a Rhett

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Paso cada uno de los días siguientes evitando a Rhett.

Desde la noche que hablé con Sebastian y arreglamos las cosas —en la medida de lo posible— he estado evitando cruzarme con su mejor amigo.

Ha pasado una semana desde nuestra fuerte discusión y, por lo tanto, una semana desde lo que ocurrió con Rhett en mi habitación. He huido de cada sitio en los que las probabilidades de encontrarlo fueran altas, y he sido consumida por mis propios nervios cada noche en el bar por creer que en cualquier momento podría entrar por esa puerta y alterar por completo la química de mi cerebro.

Sin embargo, gracias a Dios, no tuve la desgracia de verlo.

Mi indiferencia ante Rhett ha sido un éxito.

Hasta ahora.

Le he prometido a Sebastian acompañarlo a su entrenamiento de muestra para reclutadores de USA Team Handball hoy. Por lo que sé, será un entrenamiento similar a un partido, ya que el equipo se enfrentará entre sí y cientos de espectadores irán a verlos.

Entre ellos, los reclutadores.

Es un entrenamiento súper importante y Sebastian me pidió que fuera con él. Luego de que ganaron el partido contra Riverside el sábado pasado, al cual no pude asistir porque tenía que avanzar con un informe de Neurociencia Cognitiva, los reclutadores de la selección se acercaron al entrenador de Sebastian y le dieron una lista de jugadores en los que están interesados para ser parte de su equipo.

Estuve varios minutos considerándolo, pero finalmente le dije que sí.

Y ahora me arrepiento. Mierda, en serio me arrepiento.

No creí que fuera a ponerme tan nerviosa al ver a Rhett. Creí que si mantenía la distancia, si ni siquiera le dirigía la palabra o si simulaba estar pendiente solamente de mi novio, el recuerdo de lo que sucedió en mi cuarto desaparecería al fin.

Pero no es así.

Porque ahora que estoy sentada en las gradas esperando el inicio del entrenamiento, mi corazón late con fuerza al ver a Rhett.

Aparentemente no me vio llegar. Luce demasiado ocupado riendo con la chica pelirroja de la discoteca, quien resultó ser otra jugadora de handball, y con otras dos chicas, además de Connor y... Harry, creo que se llama.

Sin embargo, cuando Sebastian se acerca a ellos con su bolso enorme y los saluda, inmediatamente la mirada de Rhett se dirige a las gradas y deja de hablar de un instante a otro.

Y es cuando me ve.

Su mirada se suaviza mientras me observa fijamente. Sus labios se separan y toma aire por la boca. Por un momento, parece sorprendido, como si no esperara verme allí. Sus ojos recorren mi rostro y se detienen en mis ojos.

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