Cruzar la línea [¡YA EN FÍSICO!]

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Llevamos un corto rato de viaje cuando Rhett aparca el vehículo frente a la casa de Chloe, que es igual, o incluso más grande, que la de él.

Su prima está desmayada en el asiento trasero. Incluso creo haberla oído roncar. La imagen de Chloe despatarrada y durmiendo plácidamente me hace reír. Rhett estaciona y rodea el vehículo hacia la puerta trasera. Levanta a su prima en brazos con cuidado para no despertarla, y el rostro de ella queda apoyado en el hombro de él. 

Me encuentro a mí misma sonriendo ante esa imagen. Cuando me percato, me insulto en silencio y vuelvo a bajar la vista.

El bar no queda tan lejos de aquí, pero admito que pensé que primero me llevaría a mí y luego a Chloe. Y contaba con eso. No me he preparado psicológicamente para estar con Rhett a solas, encerrados en un auto.

Respiro hondo. Trato de relajarme.

Desde el asiento del copiloto observo a quien, asumo, es la tía de Rhett, que abre la puerta sonriente y lo saluda. Él le entrega a Chloe cual paquete, y segundos más tardes aparece un hombre mayor, que debe ser su tío. Ambos le preguntan algo y Rhett responde otra cosa. Seguidamente, señala en mi dirección.

Ay, mierda.

Los saludo casi de manera automática desde la ventana semiabierta. Ellos me saludan también, sonriendo.

Se despiden de su sobrino con un abrazo y de mí con un movimiento de mano. Rhett regresa al auto y yo estoy pensando en todos los tipos de respuestas que puede haber dado que le llevaron a señalarme.

«Estoy llevando a la novia de mi mejor amigo a su trabajo. ¿Por qué? Ni idea. Solo sé que está buena. Así que, no, no puedo quedarme a cenar.»

Para cuando Rhett vuelve a dejarse caer en el asiento frente al volante, ya he montado toda una conversación imaginaria en mi cabeza.

Silencio. Ninguno dice nada desde que él enciende el vehículo hasta que lo pone en marcha. Por suerte, creo que él siente tanto como yo la tensión en el aire, y decide poner música.

Empieza a sonar a todo volumen la guitarra eléctrica de Smells Like Teen Spirit y me sobresalto por el repentino ruido. El mejor amigo de mi novio baja un poco el volumen, y de nuevo vuelve la vista a la carretera.

Sus ojos están fijos en el frente y los míos en la ventana, viendo cómo cruzamos el vecindario de lujo en donde vive Chloe hasta, finalmente, entrar a la avenida principal.

Tarareo Smells Like Teen Spirit cuando Kurt Cobain comienza a cantar, mientras doy golpecitos en mi muslo descubierto al ritmo de la música. Siento la mirada de Rhett de reojo, observando que conozco la canción y que sé la letra. Después, vuelve a mirar hacia adelante otra vez.

Qué incómodo que ninguno hable.

Rhett aparca a media cuadra de Oasis porque todos los lugares están repletos. Apaga el motor. Suelta el volante y deja caer las manos en sus piernas.