Secretos con el señor de la mafia (+18) [Borrador]

Capítulo 27

Recorro mil tiendas pero no veo nada que me guste para ir a cenar con mi esposo, tampoco sé a dónde me quiere llevar y una idea pícara me cruza la mente. Acabo en la boutique más cara del lugar y la dependiente se ilusiona al verme entrar, es amiga íntima de mi madre y me conoce de toda la vida, esto le dará chisme para una semana.

—Patrizia, querida, cuánto tiempo sin verte.

—Hola, Mary, ¿qué tal tu madre? ¿Se recupera bien? —escuché a mi madre hablar de que habían enviado a la señora a una residencia en cuanto dio problemas.

—Oh, si gracias a dios, su salud se recupera poco a poco, pero por favor, no hablemos de mi —menuda bruja. —¿En qué puedo servirte? Tenemos una nueva colección impresionante —me señala hacia el fondo de la tienda y camino en su dirección, observando todo a mi alrededor.

—Estoy buscando un vestido para ir a cenar con... —pauso mientras observo un vestido de encaje. —Mi marido —recalco la palabra a propósito, si quiere cotilleo, se lo daré mientras hago gestos a los gorilas que me siguen para que esperen fuera de la tienda con una sonrisa en mi rostro.

—Por supuesto, este es perfecto para salir de noche —he visto el precio del vestido y se que va a comisión, obviamente quiere que salga de aquí con media tienda.

—Si, es bonito...

—Por favor, pruébalo, estoy segura de que a tu marido le encantará —me abre la puerta a un proveedor privado, oculto tras un espejo.

Y una sonrisa picara me recorre los labios cuando me pruebo el vestido, demasiado corto y demasiado provocador para ir a cenar a un sitio publico, pero de todas formas...pongo mi mejor cara de niña buena y le envío una foto a Dante, acariciando mi muslo con los dedos.

"¿Demasiado corto para ir a cenar?"

"No te voy a dejar salir con eso de casa"

Vuelvo a mandarle otra foto, enseñando la espalda descubierta del vestido. Lo conozco muy bien para saber cómo provocarlo.

"Patrizia, estoy en una reunión"

Miro sus palabras extrañada de que no me siga el juego, pero tal vez, lo estoy malinterpretando.

La verdad que es un poco corto, demasiado para una mujer de mi posición, si estuviera en la universidad no dudaría en comprarlo, pero ahora debo guardar cierto recato.

—Mary, el vestido es precioso, pero me gustaría ver otros vestidos de noche.

–Por supuesto, aquí tiene.

Me ofrece un vestido negro cubierto de muselina que brilla por si solo, con un corte princesa, una falda que vuela sobre mis muslos y un escote en V que sube en tirantes anchos por mis hombros. Dejo colgando uno por mi brazo y apoyándome en el espejo del probador, me echo una foto mientras subo la falda por mis piernas.