🏆-XII-🛹

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Max y sus amigos se sentían incómodos con las miradas inquisitivas que seguían en el bar después del enfrentamiento con Tanque. Así que Max les rogó que se fueran de allí y que hablaran con más calma en el cuarto que compartían. Ambos amigos, sintiéndose igual de fuera de lugar, aceptaron la propuesta.

Una vez en la habitación, no hubo más risas ni bromas. Bobby y P.J. se plantaron frente a Max, rodeándolo con miradas serias, como si estuvieran a punto de interrogar a un criminal.

— ¿Y bien? —dijo Bobby, rompiendo el silencio con una voz cargada de expectación—. ¿Vas a decirnos qué te traes con Uppercrust? O tenemos que entender que nuestro amigo ya no confía en nosotros.

—No es eso, créanme que no—respondió Max, sintiéndose acorralado.

—Pues si no nos dices las cosas y te escondes, ¿qué quieres que creamos? —soltó P.J., notablemente molesto—. Max, llevamos semanas pidiéndote explicaciones sobre tu reciente comportamiento. Queremos ayudarte, pero si no hablas, si no nos dices qué te pasa, ¿cómo esperas que te apoyemos?

Max miró las caras de desconcierto de sus amigos. Eran como su familia, y se sentía culpable por haberlos dejado fuera. Suspiró con fuerza, frotándose la cara, y agachó la mirada. Sabía que les debía la verdad, aunque no fuera fácil.

—Todo comenzó después de esa fiesta a la que prácticamente me obligaron a ir—comenzó, su voz teñida de una mezcla de cansancio y sinceridad—. Cuando salí a tomar un poco de aire, vi a Bradley a lo lejos. Estaba en un estado deplorable cerca de la carretera, y me pareció que un auto venía en su dirección. Por instinto, corrí a salvarlo.

—Ahora entiendo qué hacías en la carretera, pero ¿qué pasó con Bradley?—preguntó Bobby, más calmado pero aún confundido.

—Me insultó—continuó Max, su voz bajando un poco—. Me dijo que dejara de hacerme el héroe, me repitió que me odiaba y se largó...

— ¡Maldito hijo de...! —Bobby comenzó a maldecir, pero Max lo interrumpió.

—Pero vi algo en su mirada—dijo, con una intensidad que captó por completo la atención de sus amigos—. Algo que me hizo bajar la guardia y no mandarlo de un golpe a la China. Él estaba vacío, se veía tan solo que no pude evitar interesarme en él.

Tanto Bobby como P.J. no podían creer lo que estaban oyendo, pero, fieles a su promesa, se mantuvieron en silencio, dejando que Max continuara.

—Después de eso, no lo vi por semanas—admitió Max, su voz ahora más suave, casi temerosa—. Y me desesperé. Quería verlo, necesitaba verlo, así que decidí buscarlo. Obviamente, discutimos, pero luego seguí buscándolo, y pasaron más cosas... cosas de las cuales no estoy seguro de poder contarles, pero no por mí, sino por él—suspiró nuevamente, como si las palabras le costaran salir—. Hay algo más... él y yo...

— ¿Él y tú qué? —cuestionaron sus amigos al unísono, acercándose más a Max.

—Nos besamos—confesó Max, con un tono que oscilaba entre la confusión y la certeza. El grito de sorpresa que soltaron Bobby y P.J. dejó aturdido a Max por un momento.

— ¿Tú y Uppercrust? ¿Unieron sus... fluidos bucales?—Bobby apenas podía procesar lo que acababa de escuchar.

—Esto suena a una broma de mal gusto—añadió P.J., aunque sabía que Max no era del tipo de bromear con algo así.

—No lo es—dijo Max, con una firmeza que silenciaba cualquier duda—. Y lo peor de todo es que me gustó. Me gustó y mucho. Llámenme masoquista, loco, lo que quieran, pero hay algo en ese hombre que me está volviendo delirante y no sé qué es. Y ya no sé cómo parar lo que siento.

Bobby y P.J. se miraron brevemente antes de sentarse a ambos lados de Max. Cada uno lo abrazó por su lado, en un gesto de camaradería y apoyo.

—Max—comenzó P.J., con una voz suave pero llena de convicción—. Eres como nuestro hermano menor. Siempre lo hemos sentido así. Tu rebeldía y ánimo siempre nos dejaron a nosotros como los más grandes de esta amistad, aunque Bobby a veces se pasa de idiota.

— ¡Oye! —protestó Bobby, sin mucho vigor.

—A lo que quiero llegar—continuó P.J., ignorando la interrupción—es que no importa qué tan loco creas que estás o a quién elijas para compartir tu vida. Mientras no salgas herido y seas feliz, nosotros te apoyaremos. ¿No es así, Bobby?

—Pero por supuesto—afirmó Bobby, con una sinceridad que no dejaba espacio para dudas.

—Gracias, chicos—dijo Max, sintiendo cómo un gran peso se levantaba de sus hombros—. No tienen idea del alivio que siento. La verdad es que tenía miedo de contarles porque, hasta para mí, suena descabellado.

—Y lo es—respondió Bobby, antes de recibir un golpe en la cabeza de P.J.—. ¿Qué? ¡Si es verdad! Hasta él lo sabe.

—Sí, pero no tienes que confundirlo más de lo que ya está, idiota.

— ¡Chicos, ya!—intervino Max, sin poder evitar reír un poco ante la situación—. Les agradezco mucho su preocupación por mí, pero créanme que no hay nada que puedan hacer, porque Uppercrust ya se metió en cada parte de mi cuerpo y no tengo idea de cómo sacármelo.

P.J. suspiró, mirando a Max con una mezcla de preocupación y cariño.

—Max... no quiero sonar pesimista ni nada, pero, ¿no crees que tal vez solo quieres salvar a Bradley? No quiero invalidar tus sentimientos, pero tu historia suena más a que le tienes lástima que a una atracción romántica.

—Lo pensé también—admitió Max, su mirada perdiéndose en algún punto del suelo—. Pero me encontré a mí mismo admirando su atractivo desde lejos, deseando que me dé otro de sus besos, que me dedique aunque sea una mirada, que me hable, que me sonría... joder, me encontré esperando todo de él, incluso que me insulte. No sé lo que siento... bueno, en realidad sí lo sé, pero me da miedo.

— ¿Es por lo que dijo Tanque?—preguntó Bobby. Max asintió ante la pregunta—. Creo que deberías hablar con Bradley, antes de emocionarte aún más con él.

—Aunque me cueste decirlo, Bobby tiene razón—añadió P.J., con un tono más serio—. Debes aclarar tus sentimientos con él y ver si existe un futuro entre ambos.

Max asintió, tomando una profunda respiración mientras se levantaba.

—Lo haré. Gracias por escucharme.

—Siempre estaremos aquí para ti—dijo P.J., con un último abrazo—. Para eso están los hermanos.

Con ese respaldo, Max salió de la habitación, decidido a enfrentar a Bradley y hablar sobre todo lo que había estado pasando entre ellos. Y también para advertirle sobre Tanque, porque si algo tenía claro, era que no permitiría que nadie le hiciera daño a Bradley, no mientras él pudiera evitarlo.

 Y también para advertirle sobre Tanque, porque si algo tenía claro, era que no permitiría que nadie le hiciera daño a Bradley, no mientras él pudiera evitarlo

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PRETTY PLEASE ᵐᵃˣˡᵉʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora