PRETTY PLEASE ᵐᵃˣˡᵉʸ

🏆-VII-🛹

La atmósfera en la habitación era densa, cargada de una tensión que ninguno de los dos podía ignorar. El mundo fuera de esa habitación parecía desvanecerse, dejando solo a Max y Bradley, enfrentándose a una realidad que ambos habían evitado por tanto tiempo.

Bradley llevó a Max hacia la cama de la habitación, sus movimientos eran torpes y dubitativos, como si una parte de él todavía estuviera luchando contra lo que estaba a punto de suceder. Max sintió el nudo en su estómago apretarse más mientras se sentaba al borde del colchón, observando cómo Bradley se paraba frente a él, su rostro una mezcla de confusión, deseo y miedo.

—Bradley… —empezó Max, su voz apenas un susurro, temeroso de decir algo que pudiera romper el frágil equilibrio entre ellos.

—No digas nada —interrumpió Bradley, su tono un poco más firme de lo que esperaba. Sabía que si hablaban, si le daba demasiado tiempo para pensar, podría echarse atrás. Y no quería hacerlo, no esta vez.

Lentamente, Bradley se inclinó hacia Max, colocando una mano en su mejilla mientras sus labios se encontraban de nuevo, esta vez con una suavidad que hizo que el tiempo pareciera detenerse. El beso fue lento, exploratorio, lleno de una delicadeza que ambos necesitaban en ese momento.

Max correspondió, dejando que sus manos se deslizasen por la cintura de Bradley, sintiendo el calor de su piel bajo la tela. Los movimientos eran cautelosos, inseguros, pero llenos de un deseo compartido de estar juntos, de ser uno, aunque solo fuera por un momento. Bradley, a su vez, se dejó llevar, permitiendo que sus manos viajaran por el cuerpo de Max, descubriendo cada curva, cada músculo con una reverencia casi temerosa.

—Estoy asustado —confesó Bradley de repente, separándose un poco, su respiración agitada y sus ojos llenos de una vulnerabilidad que Max nunca había visto en él.

—Yo también —respondió Max, su corazón latiendo con fuerza, consciente de la gravedad del momento—. Pero no quiero detenerme. No contigo.

Bradley asintió lentamente, como si estuviera aceptando algo dentro de sí mismo. Con manos temblorosas, comenzó a quitarse la camiseta, dejando que cayera al suelo, seguido de Max, que hizo lo mismo. Sus cuerpos desnudos se encontraron con una mezcla de nerviosismo y anticipación, pero cuando Max lo tomó de la mano y lo guió hacia la cama, toda duda pareció disiparse.

Se recostaron juntos, sus cuerpos entrelazados en un abrazo que iba más allá de lo físico. Bradley dejó que sus manos recorrieran la espalda de Max, sintiendo la fuerza y la suavidad de su piel, mientras Max se aferraba a él con una mezcla de necesidad y ternura. No era solo deseo lo que los movía, sino algo más profundo, una conexión que había estado creciendo entre ellos, a pesar de todo.

Cada caricia, cada beso era un paso hacia algo desconocido, pero ambos estaban dispuestos a recorrerlo juntos, a pesar del miedo que sentían. Bradley, por su parte, luchaba contra las sombras del pasado que intentaban frenarlo, pero la presencia de Max, su calor, lo hacía sentirse seguro, capaz de dejarse llevar.

Max, aunque nervioso, se concentró en Bradley, en hacerlo sentir seguro, en mostrarle que estaba ahí, dispuesto a todo. Sus movimientos eran torpes a veces, inexpertos, pero estaban llenos de una ternura que hacía que Bradley se sintiera más aceptado, más libre que nunca.

El tiempo perdió su significado mientras se entregaban el uno al otro, sus respiraciones sincronizándose, sus cuerpos respondiendo al ritmo que marcaban sus corazones. No había prisa, solo el deseo de estar juntos, de compartir ese momento de una manera que ninguno de los dos había experimentado antes.

Y cuando finalmente se encontraron en ese punto de no retorno, lo hicieron con una mezcla de miedo y esperanza, conscientes de que lo que compartían era algo único, algo que los cambiaría para siempre. Pero en ese instante, todo lo que importaba era que estaban juntos, que, a pesar del miedo, habían encontrado un refugio en los brazos del otro.