One Shots (Camren g¡p)

Un nuevo sentir 2

Lauren pov

5 AÑOS DESPUÉS

Tenía un intenso dolor de cabeza, montones de papeles esparcidos por mi escritorio, mi portátil abierto y a mi lado mi asistente.

Gemí por el dolor punzante y me froté las sienes, miré a mi asistente. -Por favor, búscame una pastilla que pueda aliviar mi dolor de cabeza- Ella muy obediente asintió y salió.

Desde que terminé la universidad me he esclavizado en la empresa de papá que ahora pasó a mi poder, he tratado de hacerlo sentir orgulloso, me he partido el lomo por hacer que la empresa crezca y sea reconocida internacionalmente.

Pero a qué costo?

Después de graduarme papá prácticamente me obligó a mudarme a Alemania para hacerme cargo de una empresa de la cual no tenía conocimiento, me obligó a dejar mi vida y a quien tanto amo. Al principio fue difícil adaptarme y sobre todo perdonarlo, pero luego me acostumbré e incluso me gusta la vida de los negocios.

Todos los días pienso en Camila.

Yo no la dejé porque quise, yo no tuve más opción y hasta el sol de hoy soy la persona más infeliz y miserable a pesar de que estoy rodeada de tantos lujos y dinero. La mujer que amo está en otro continente, a lo mejor hizo su vida, probablemente está casada y con hijos. Pero es mi culpa, el hecho de que me vi en la obligación de mudarme no justifica mi acción, soy consciente de que pude haberla llamado así como lo hice con mis amigos, pude haberme comunicado, incluso pude haberla traído conmigo.

Pero no hice nada de eso.

Por eso estoy pagando un alto precio. No me molesté en conocer a otra mujer, estos cinco años me la he pasado sola, sin contacto con ninguna otra mujer. Camila es la única a la que quiero.

Yo fui muy cobarde y sé que le rompí el corazón a mi chica, sé que se ha preguntado más de una vez por qué lo hice.

Mis ojos se llenan de lágrimas cada vez que la recuerdo, en mi celular conservo algunas de sus fotos y me la paso mirándola. Trato de buscar una respuesta válida al por qué no la llamé, no me despedí, no le expliqué y simplemente no la encuentro. La vida no me alcanzará para disculparme con ella y probablemente deba aceptar que la perdí desde hace años.

Mi asistente me saca de mis pensamientos y me da la pastilla con un vaso de agua. -Beba esto jefa, le va a quitar el dolor-

Me bebí lo que me dió y me recosté en mi silla. Tenía un nudo en la garganta y ganas de llorar. Pensar en Camila siempre me pone sensible, triste y melancólica.

-Jefa, le pasa algo más? Quiere que llame a emergencias?- Ella frunció el ceño mirándome.

-No, estoy bien-

-Usted no está bien-

Suspiré y negué. -Soy una infeliz- Sonreí amargamente y una lágrima silenciosa se deslizó por mi mejilla.

Mi asistente se sentó frente a mi y me miró detenidamente.

Ella ha sido mi mano derecha desde que me hice cargo de la empresa, le he depositado mi confianza completamente y puedo decir que somos amigas.

-Ahora soy tu amiga Lauren, salgamos del rol de jefa y empleada, cuéntame qué te pasa?-

-Me afecta tanto cada vez que pienso en ella-

Ella suspiró. -Ay Lauren-

Sonreí. -Cómo es que después de tanto tiempo sigo enamorada de ella?-

-Por qué no regresas por ella?-

Negué. -Yo no quiero ser egoísta, probablemente ya ha hecho su vida, yo no encajaría en su vida, la oportunidad que ella me dio no la supe aprovechar. Admito que no me gustaría regresar y verla en brazos de otra persona, me destrozaría, prefiero morir de amargura e ignorancia-