6. Ayuda

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Camila pov

Mientras estaba sumergida en mis pensamientos caminaba por los pasillos del supermercado. Casi todo el tiempo me la pasaba así, sumergida en lo más profundo de mis pensamientos.

Sentía tristeza, sentía una soledad muy abrumadora que podría acabar conmigo en cualquier momento. El hecho de no tener a nadie es lo que todo el tiempo me mantenía así, mis padres fallecieron hace tres años, yo no tengo hermanos, yo no tengo a nadie. Vivo sola en una casa que para una sola persona es prácticamente una mansión, no me he dado la oportunidad de conocer a alguien. El único compañero que tengo es mi perro, es un pastor aleman que mi padre me regaló antes de morir.

He tratado mucho de superar ese dolor y no lo he conseguido, lo único que consigo es consumirme en el vacío que me rodea.

Volví a la realidad cuando choqué con el carrito a alguien. Miré a aquella persona apenada.

-Lo siento mucho, iba un poco perdida-

Aquella persona me regaló una mirada fría, se dió la vuelta y se alejó. Por curiosidad miré lo que ella antes sostenía, sonreí cuando vi lo que era.

Seguí mi camino, cuando estuve lo suficientemente segura de que no me faltaba nada fui a caja a pagar. En el camino me encontré con la misma persona de hace un rato, en el pasillo de comida chatarra. Miraba fijamente cada cosa que había y luego llevó sus manos a la cabeza, esa persona se veía molesta e inquieta y eso me llamó mucho la atención . Dejé que mis ojos lo escaneara, su ropa estaba desaliñada y sucia, como si tuviera mucho tiempo sin lavar, sus zapatos estaban viejos y gastados. Y a pesar de que hace mucho calor tenía un abrigo puesto.

Entonces saqué la conclusión de que es un vagabundo. Mi corazón se encogió y mi estómago dolió. Yo me quejo de sentirme sola cuando lo tengo todo y hay personas que no tienen ni que comer.

Me entristecí mucho más cuando aquella persona me pasó por el lado cabizbajo y con las manos metidas en el bolsillo. Decidí comprar algunas cosas para esa persona y rezaba para poder encontrarlo cuando salga de aquí.

Con desesperación caminé hacia la salida con todas las bolsas en mis manos, miré a todos lados del estacionamiento hasta que mis ojos se enfocó en aquella persona. Estaba sentado al lado de un contenedor de basura, sus brazos abrazando sus piernas a su cuerpo y la cabeza enterrada en el medio de ellas.

Caminé a pasos rápidos y cuando estuve muy cerca caminé con cautela.

-Hola-

Levantó la cabeza, había estado llorando porque sus ojos y mejillas estaban húmedos. Entonces me percaté de sus ojos verdes lo cuales se veían tristes y vacíos. Respiré hondo para contener mis lágrimas, odiaba ver a las personas así, odiaba sentirme como me siento cuando lo tengo todo y hay personas que no tienen nada como esta que está frente a mi, yo era demasiado sensible y ver el estado deplorable de otras personas me afectaba muchísimo.

Con manos temblorosas le extendí la bolsa que contenía comida para varios días.

-Es para ti-

Por los rayos del sol que iluminaban su cara me di cuenta de que es una mujer.

Ella no aceptó la bolsa.

-Por qué no lo tomas?-

-No tengo con que pagar eso-

Me aguanté las ganas de sonreír, se escuchó tan adorable al decir eso, pero a la vez muy triste.

-No te lo traje esperando a que me pagues-

-Entonces no lo hagas por lástima- Giró su cabeza a otro lado para no mirarme.

Increíble esta mujer, está en una posición terrible y aún tiene orgullo.

One Shots (Camren g¡p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora