Jisung nunca planeó quedar embarazado y mucho menos del jefe de la mafia más peligrosa del país Lee Minho. Ahora atrapado en un mundo de sombras y violencia Jisung no solo debe protegerse a sí mismo sino también al los bebés que lleva dentro. Mientr...
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El sonido del monitor cardíaco llenaba la habitación con su constante y monótono pitido. La luz fría del hospital contrastaba con la cálida vida que latía en su interior, una vida que Jisung apenas podía creer que existía. Acostado en la camilla, su mirada se perdía en el techo blanco tratando de procesar la noticia que acababa de recibir.
Minho estaba a su lado, en silencio, con una expresión impenetrable, pero Jisung, a pesar del poco tiempo que habían pasado juntos, lo conocía bien. Sabía que detrás de esos ojos oscuros se libraba una tormenta de emociones. El líder de la mafia, el hombre más temido del país, estaba allí, junto a él como un ancla en medio de un mar de incertidumbre.
"Dos," había dicho el médico, rompiendo el silencio de la habitación. "Estás esperando gemelos."
Gemelos. La palabra resonaba en su mente, repitiéndose una y otra vez. No era un simple sueño o una fantasía era real. Dos vidas se desarrollaban dentro de él, fruto de una única noche que lo había cambiado todo.
Jisung apretó los puños, sus dedos temblaban ligeramente. Aún podía recordar esa noche, el calor del cuerpo de Minho, la forma en que su mundo había girado y cambiado en un instante. Pero ahora el peso de lo que venía, de lo que implicaba traer al mundo a los hijos del jefe de una mafia.
Minho por su parte, mantenía la vista fija en Jisung, como si intentara descifrar lo que pasaba por su mente. Sus ojos, normalmente llenos de determinación, ahora mostraban algo más una preocupación que rara vez dejaba ver.
— Minho... —susurró Jisung, rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos. No necesitaba decir más sabía que Minho entendía. Ambos sabían que este era el punto de no retorno. La noticia de su embarazo, de los gemelos, no solo cambiaba sus vidas, sino también el equilibrio del mundo peligroso en el que Minho vivía.
La doctora que estaba con ellos había salido a petición de ambos.
Minho se acercó un poco más dejando escapar un leve suspiro antes de posar su mano sobre la de Jisung.
— Sé que esto es repentino y no estaba en nuestros planes — empezó, su voz baja y contenida — Pero haremos lo que tú decidas. Si los quieres tener, seremos padres pero si no los quieres te apoyaré en cualquier decisión.
Jisung giró su rostro hacia Minho, buscando sus ojos. A pesar de todo, una pequeña sonrisa se asomó en sus labios. La idea de tener esos dos bebés, le daba una inesperada sensación de alegría. Llevó su mano libre al rostro de Minho, acariciando suavemente su mejilla.
— No es algo que esperaba pero la idea me llena de alegría. Y si tú estás dispuesto a tomar esta responsabilidad conmigo quiero tenerlos.
Minho asintió lentamente y tras una pausa unió sus labios a la mejilla de Jisung en un gesto suave y protector. Luego deslizó su mano hacia el vientre aún plano de Jisung, dejando que el calor de la promesa entre ellos se asentara en ese toque.