9. Enfrentamiento

145 8 0
                                    

Ese beso entre Ariana y yo había empezado a intensificarse. A pesar de todo lo que me enojaba, sólo sabía que no podía detenerme.

Algo dentro de mí me decía que no la dejara, que la hiciera  mía en ese preciso momento.  Sin embargo, sólo recordar por un instante como me trajo a este lugar sin mi consentimiento, y también pensar que quizás termine perdiendo mi trabajo por su culpa hizo que me separase de ella sin pensarlo.

En cambio de sentirse molesta y rechazada, una sonrisa repentina se dibujó en sus labios.

- Por lo menos ya descubrí lo mucho que deseas  mis labios como yo los tuyos. Esa manera en la que me besabas me lo acaba de demostrar. De todos modos era algo que estaba destinado a suceder-  Se giró para irse, pero antes se volvió nuevamente hacia mí.

- Para la próxima no habrá escapatoria, no disfruté lo suficiente de tus besos. Regresaré pronto para llevarte a ver a Anna, sólo recuerda mis palabras, nada de tocarla, podrías hacerme enojar, y no creo que te gustaría que eso suceda, mi apasionado Elliot- Me dijo antes de salir de la habitación, y depositar un beso en mi cuello aspirando profundamente, supongo que mi supuesto aroma.

Me senté sobre la cama sin palabras ¿Que era lo que acababa de pasar?. Ese beso me había encantado. Pero no puedo enamorarme de mi secuestradora, eso nunca será, Ariana es una loba, un animal, y eso de las parejas destinadas aún no me convence mucho.

Después de vestir me asomé un momento por la ventana al escuchar unos ruidos cerca de la misma. Allí abajo ví a cuatro lobos, más una persona sosteniendo de las manos a Anna.

Ese debía ser el hermano de Ariana, necesito saber si Anna en realidad se encuentra bien con esa bestia peluda llamada hombre lobo.

Salí de inmediato de la habitación, bajando las escaleras a pasos rápidos. Abrí la puerta que daba al exterior, y finalmente allí los ví.

Me acerqué a ellos, en realidad fuí directamente hacia la bestia esa.

- No se les puede llamar hombre a quien lástima a una mujer- Dije, la bestia volteó a verme confundido más enojado - Es cierto una bestia si es capaz de hacerlo- Agregué.

- ¿Quién te crees que eres para meterte entre mi mate y yo? Eres sólo el débil humano de mi hermana - Respondió casi en un susurro mirando un poco asustado a su alrededor.

Anna sólo nos observarba en silencio, su rostro mostraba algo de miedo. Si es su pareja destinada como dicen, ¿No debería protegerla, amarla, y apoyarla, en vez de infundirle miedo y maltratarla? no me lo explico, sinceramente no lo hago. Es una verdadera alimaña.

Me dirigí a Anna - ¿Este te trata bien? No te ha vuelto a lastimar ¿Cierto?- Le pregunté. Ella asintió con una sonrisa claramente fingida.

- Estoy bien, nosotros ya estamos bien. No hay nada de que preocuparse - Respondió tratando de hacer creer su evidente mentira.

Cuando escape de aquí, también la ayudaré. Creo que es una buena chica, y no merece todo esto, ninguna mujer lo merece. Pero lo que más coraje me da, es que Ariana seguro sabe todo lo que ocurre y no hace nada.

- Ya lo escuchaste. Mi pequeña está bien, puedes regresar. De todas maneras no es de tu incumbencia lo que ocurra entre nosotros - Me dijo con un tono evidentemente molesto.

-Te lo advierto pulgoso de mierda. No me importa si eres un maldito animal, o lo que seas, no te tengo miedo. Si te atreves a lastimar a Anna una vez más, juro que yo mismo te mataré con mis propias manos - Le amenacé, él sólo rió, aún observando a los alrededores, creo que le teme a Ariana, y no entiendo para qué, si le deja hacer todo esto.

- ¿Ah sí? ¿Tu y cuántos más humanito?- Preguntó con un toque de burla en su tono.

- Sólo yo, bestia peluda- Respondí viendo la furia que en su rostro se notaba.

Cuando disponía a acercarse a mí furioso con los puños cerrados, se detuvo al escuchar a lo lejos la voz de Ariana, yo  ya podía reconocerla aún sin tener contacto visual.

- ¡Si te atreves a tocarle un sólo  cabello, juro que olvidaré que eres mi hermano, Esteban! -  La voz de Ariana resonaba desde la distancia. Esteban quedó en completo silencio.

Mis ojos sólo observaban a Ariana acercarse lentamente, se veía realmente intimidante. Con razón las personas del pueblo les temen tanto a esta especie. La alpha causaba miedo a los demás, inclusive a su propio hermano.

Mi humano✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora