Más tarde había llevado a Ariana a ver cómo se encontraba su beta Delia y otros miembros heridos de su manada. Podía percibir su tristeza por todo lo sucedido, por todos los que habían perdido la vida por culpa de su hermano. Debe ser muy doloroso para todos los perjudicados.
Luego la ayudé a llegar hasta la casa y su habitación, fue un poco complicado, pues quería quedarse a ayudar su manada, pero ella también estaba herida, y debía descansar para recuperarse pronto. Era una loba, una alpha muy fuerte, sin embargo ambas estaban lastimadas, y debían recobrar sus fuerzas. De esa manera en unos días tanto Ariana como su loba Ara estarán igual que antes.
Así un día más pasó, donde todos los heridos ya habían sido atendidos, todo había mejorado un poco. Ariana ya se encontraba un poco mejor, pero aún seguía molesta conmigo.
También se culpa por todo lo sucedido, cree que por el hecho de ser una mujer, no tuvo las fuerzas suficientes para defender a los suyos, cree que no merece a su loba, que Ara era demasiado para una mujer tan débil. Ella misma me lo confesó hace poco tiempo.
- No es tu culpa. No sabías que tu hermano planeaba todo esto - Le dije sinceramente para que ya dejara de culparse por todo.
- Sí lo es. Yo soy la alpha, todos ellos confíaban en mí, debía cuidar de mi manada, pero les fallé. Todos esos muertos fueron mi culpa. Ara me dice que fuí muy valiente, que deje de culparme, que no pudo haberle tocado otra humana mejor que yo, sin embargo ya es algo me cuesta creer- Me confesó mirándome fijamente a los ojos.
- Pues Ara tiene toda la razón- Acaricié su mejilla - Que seas una alpha no quiere decir que seas invencible. Eres humana también, puedes herirte, sentir debilidad, o incluso llorar por cualquier tontería. Eres muy fuerte, y muy capaz, eso lo tengo bastante claro- Le Dije.
Ella se cruzó de brazos, dejando de mirarme - Aún estoy muy enojada contigo, todavía no olvido lo que ocurrió - Contestó molesta. Asentí antes de levantarme de su lado.
- Ya regreso, pero no te quiero encontrar fuera de la cama- Le advertí antes de salir de la habitación sin esperar una respuesta.
Después de unos largos minutos regresé con una pequeña bandeja de comida.
Volví a tomar asiento a su lado poniendo la bandeja cerca. Ella me miró desconcertada.
- Ayer comiste por tu cuenta, pero hoy seré yo quién te de de comer- Le dije. Tomé la cuchara con un poco de avena del tazón.
La acerqué hacia sus labios- Abre la boca- Le pedí. Ella negó levemente intentando alejarse.
-Puedo comer sola- Me respondió tratando de ocultar su sorpresa. Podía notar un leve rubor rosado en sus mejillas.
Se quedó mirandome por un momento, viendo que seguiría insistiendo si no obedecía abrió la boca y comió. Una sonrisa se dibujó en mis labios, ella lo notó de inmediato y se aproximó un poco acercando su rostro al mío.
No pude resistirme y la besé dulcemente cerca de sus labios- Por favor perdóname, no puedo estar bien si tú sigues enojada conmigo, me duele, y me arrepiento tanto de lo que hice, y lo que causé - Le susurré antes de volver a besarla, pero esta vez con mucha intensidad. Así nos besamos, luego de haberlo deseado por un buen rato. Tanto ella como yo ya lo deseaba.
Después de un tiempo Ariana se quedó profundamente dormida entre mis brazos. Me quedé contemplado su rostro por un largo tiempo, pensando en todo lo que ha pasado desde el día en que llegué a este pueblo, a esta manada de lobos.
- Te amo, mi alpha, te amo. Siempre estaré contigo, correción, con ustedes- Pronuncié en voz tenue en su oído con una evidente sonrisa.
Todo mejorará muy pronto. La manada de Ariana volverá a como era antes, y yo cumpliré mi promesa. Entre todos los humanos en el mundo, yo fuí el elegido para ser su pareja destinada, eso ahora me alegra y enorgullece, bastante.
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Mi humano✔️
WerewolfElliot, un chico extrovertido, y amable, perteneciente a la gran ciudad de los angeles. Por motivos de trabajo, tiene que viajar a un pequeño pueblo a las afuera de la ciudad, rodeado por un extenso e inusual bosque. La extrañeza de los lugareños lo...