Damian tomó un sorbo de su bebida antes de comenzar a explicar su teoría. Sus ojos brillaban con determinación y un destello de conocimiento profundo.
—La profecía menciona que dos personas están destinadas a decidir el destino del mundo —empezó, hablando en un tono bajo pero claro—. Una será la perdición y la otra será la salvación. Creo que la clave para detener la profecía está en el vínculo entre estas dos personas.
Lo miré con atención, intentando procesar cada palabra.
—El problema —continuó— es que los rituales que se realizaron fueron malinterpretados. En lugar de intentar separar a estas dos personas, deberíamos estar buscando fortalecer su vínculo. La verdadera salvación está en la conexión emocional y espiritual entre ellos. Si logramos que se comprendan y trabajen juntos, podrán enfrentar cualquier prueba que se les presente y evitar la catástrofe.
—¿Y cómo se supone que haremos eso? —pregunté, escéptica.
—Primero, necesitamos encontrar a esas dos personas y asegurarnos de que entiendan la importancia de su vínculo. Deben dejar de lado sus diferencias y unirse en un propósito común. Además, hay un antiguo artefacto en la isla de los dragones, conocido como el Corazón de Dragón. Este artefacto tiene el poder de amplificar el vínculo entre ellos, pero también si es usado para objetos del mal, todo saldría terrible, este artefacto hace que fortalezca su poder.
—¿El Corazón de Dragón? —repetí, tratando de recordar si había oído hablar de eso antes.
—Sí —asintió Damian—. Es un artefacto místico, guardado en las profundidades de la isla. Según las leyendas, solo aquellos con corazones puros y un vínculo verdadero pueden acceder a su poder. Es por eso que necesitamos a estas dos personas unidas.
—Entiendo —dije, finalmente comprendiendo la magnitud de la tarea que teníamos por delante—. Entonces, debemos encontrar a estas dos personas y llevarlas al Corazón de Dragón.
Damian asintió, su expresión grave pero decidida.
Damian se inclinó hacia adelante, los ojos fijos en los míos, con una intensidad que casi era palpable. Su emoción era evidente, y su respiración se aceleró, como si esperara ansioso cada palabra que iba a pronunciar.
—¿Sabes dónde está una de las personas de la profecía? —preguntó, casi sin aliento—. ¿Quién es? ¿Cómo lo sabes?
Suspiré profundamente, sintiendo el peso de la revelación que estaba a punto de hacer.
—Damian... —comencé, mi voz temblando ligeramente—. La persona de la profecía... soy yo.
Damian se quedó paralizado por un momento, sus ojos abiertos de par en par en una mezcla de asombro y incredulidad. No dijo nada, simplemente me miró como si esperara que continuara. La tensión en el aire era casi tangible.
—Lo supe desde el momento en que escuché la profecía —continué, con la voz más firme—. La profecía hablaba de alguien con el cabello rojizo como el fuego de los dragones, y... y he estado involucrada en todo esto desde hace tiempo. No solo soy una de las personas de la profecía, también conozco a la otra persona.
Damian parecía estar procesando la información, su mente trabajando a toda velocidad.
—¿Y quién es el otro? —preguntó finalmente, con una mezcla de esperanza y preocupación—. ¿Sabes dónde está?
Negué con la cabeza, sintiendo una punzada de frustración.
—Kaelan —admití—. Y no se donde está nos separamos después de lo que ocurrió.
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Las Profecías Del Océano: La Isla De Los Dragones
FantasyEn un mundo donde la profecía y el destino se entrelazan, Lyriana, una joven con un pasado complejo, se ve atrapada en una lucha entre el bien y el mal. Junto a Kaelan, un capitán pirata con un agudo sentido del humor y sarcasmo que pone a prueba la...