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El castaño despertó al sentir a alguien durmiendo junto a él.

¿Pero qué?, no recuerdo haber metido a alguien ayer ─ pensó

Con cuidado trato de ver la cara del otro hombre pero este estaba bajo las sabanas, parecía un bulto solamente por lo que saltó sobre este para verificar si era una persona o no. Un sonido de dolor le confirmó que claramente era una persona, rápidamente bajo del bulto y retiró la sabana para ver quién era.

─ Osamu, sabía que eras algo salvaje pero no pensé que tanto ─ se quejó el mayor tratando de recuperar el aliento que le fue arrebatado.

El castaño se quedó petrificado pero no tardó mucho en soltar una carcajada. Haciendo que el mayor empezará a hacer berrinches.

─ No te burles tonto. Eres un salvaje, mi pobre estómago ─ decía sobando su estómago.

─ Si, si. Lo siento pero fue tu culpa por no avisarme que vendrías.

Ambos bajaron para desayunar aún con el mayor quejándose, obviamente tendría que recompensarlo más tarde con dulces.

─ Cangrejo, vaya al parecer te alimentas solamente a base de cangrejo

─ ¿Uh?, yo no le veo lo malo ─ soltó el castaño mientras devoraba su comida.

─ Osamu, estoy harto del cangrejo, lo comimos cada vez que salíamos a desayunar ─ dijo quejumbroso

─ Mentira, estaba en diferentes platillos. ─ argumentó.

─ Claro. Sopa de cangrejo, cangrejo guisado, tostadas de cangrejo, cangrejos a la marinera, dip de cangre-

─ Bien, bien. Ya entendí, comimos mucho cangrejo, pediremos a domicilio entonces

─ Si ─ sonrió victorioso viendo como el más joven pedía algo de comida a domicilio.

...

─ Quiero esto, y este también. Oh, oh, también aquel de allá ─ decía el azabache señalando a los vendedores los dulces que quería.

─ Eh, Ranpo creo que es suficiente. ─ soltó con cautela el castaño, lo menos que quería era un berrinche por parte del mayor.

─ No, aún me faltan muchos.

─ Podemos venir después.

─ No

─ Si

Ambos quedaron en una batalla de miradas que ninguno pensaba perder. Eso hasta que cierto pelinaranja llegó y soplo en los ojos al mayor de los tres.

─ ¡Oye!, eso es trampa ─ señalo.

─ No, ahora si me disculpas me llevaré a Dazai conmigo porque prometió acompañarme a comprar ropa ─ dijo tomando el brazo del castaño.

─ No, el prometió comprarme dulces todo el día ─ dijo tomando el otro brazo de Dazai.

El menor simplemente miraba como los más bajos lo jalaban, era como estar con dos niños berrinchudos sólo que uno era un adulto gruñon y el otro un glotón con un ego enorme. No, mentira. Ambos tenían un ego enorme.

─ Bien, pagaremos los dulces que has elegido Ranpo, y después te llevaré a comprar ropa Chuuya. ─ dijo soltandose de ambos ─ casi me dislocan el brazo par de tontos.

Y así fue, el azabache eligió los dulces más llamativos y los pagó para después llevar a Chuuya a comprar ropa.

─ Que aburrido ─ se quejó el mayor

─ Ugh, pues vete a tu casa, a ti no te invite. ─ soltó con molestia.

─ A ti no te dije, enano sombrerero ─ se burló sacando la lengua.

─ ¿¡Cómo me dijiste!? ─ dijo mientras se acercaba al mayor con furia.

─ Bueno, bueno. Ya es momento de calmarse. Ranpo si te sientes aburrido puedes comprar ropa también para ti. Y tu, Chuuya puedes dejar de prestarle atención, así no te molesta ─ dijo tratando de calmar a ambos mayores que ya lo tenían mareado con sus peleas en todo el camino hasta el centro comercial.

─ No me molestaría si no fuera quejándose de todo.

─ A mi no me molestaría si no fuera porque nos trae dando vueltas como mayate buscando algo que le guste

Ambos se miraban con notable enojo.

El castaño suspiro ─ Bien, yo me largo. Ya no los soporto ─ se fue mientras los otros dos simplemente miraban con confusión.

─ Fue tu culpa ─ señalo Ranpo.

─ No. Fue tu culpa ─ refutó Chuuya.

Y así ambos seguían peleando mientras buscaban al castaño.







Esta cortito pero bueno, no sabía que escribir para continuar este fanfic. (o^∀^o)

𝘾𝙖𝙨𝙪𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙  ⦅𝑺𝒐𝒖𝒉𝒆𝒌𝒊⦆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora