CUIDANDO A UN BEBÉ PARTE 2

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Ciertamente para transportar a un bebé es complicado para mí, preferí en la tarde salir de visita a las tiendas para bebés en el centro comercial para comprar una carriola y facilitar su cuidado en las próximas 24 horas.

Tal vez debería adoptarlo, de cualquier forma sus padres no lo quieren y yo podría criarlo a mi imagen y semejanza. Pasó por mi mente de manera justa y "egoísta" para el bebé.
No me agrada la idea de que el pequeño tenga que pagar los platos rotos por una pareja disfuncional, pero tampoco me gustaría ser yo quien tenga que cuidarlo y que al final resulte ser igual, de mal tutor...

No creo estar lista para ser madre. Como me gustaría ayudarte en estos momentos. Eres como yo pequeñín. Recuerdo mucho que mis padres adoptivos decían que "mis padres biológicos me amaron con toda el alma", supongo que en ese entonces pensaban que me iba a creer esa fantasía, no los culpo. Nuestros padres nos amaron tanto que se les acabó el amor que tenían para ellos... Le dijiste aún sabiendo que el de meses de edad no te entendía y simplemente proporcionaba unas risas.

Suspiré y seguí caminando con el menor en mis brazos, sintiendo un ligero hormigueo por la acción de cargarlo, compré la dichoza carriola, la más bonita y práctica que encontré y rpocedí a empujarla. Caminando más cómoda me tope con los mismos puestos de comida donde fui con Charles.

¿Qué será de ese chico? Pensaste.

Tan pronto como ví una mesa desocupada me dirijo para descansar unos minutos y ver que podría comer. Pedí un platillo que me encantaba y que tenía mucho tiempo que no lo almorzaba por falta de tiempo. De hecho casi no comías, pero tener a cargo al sobrino de tu amiga, te obligas a seguir las 3 comidas al día por la necesidad de nutrir al bebé.

Tan pronto como el platillo caliente llegó a mi mesa. Decidí esperar a que se entibiara en lo que le doy un biberón de leche. Lo saqué de la carriola y lo pegué a mi torso, ocasionando que por reflejo busque en mis pechos con que amamantarse.

No pequeño, yo no produzco leche. Dije con ternura mientras ponía el biberón en su boca para que succionara su alimento.

El crío era capaz de tomar la leche con sus manos y aproveché para meter una mordida a mi comida, estando los dos tranquilos acabaron y fuimos al parque más cercano para pasear.

Nos sentamos en una banca y dispuse de leer uno de los 15 libros que compré la vez pasada. Pasaron los minutos y yo comenzaba a relajarme lo suficiente como para no fijarme en mi entorno.

Sentí un soplido en la nuca y me asusté fuertemente, voltie la mirada del causante y me encontré con Charles que disfrutó de la acción que cometió.

-Buenas tardes calabacita y calabacita junior.-

-Primero, soy muy sensible al contacto físico. Por favor, no lo vuelvas a hacer y segundo, el chico es sobrino de un colega de trabajo, así que no le digas calabacita junior.- lo miré con molestia.

-¿Por qué eres tan dura y cruel conmigo? Yo solo intento conquistarte y simplemente me pones limite tras limite.- mencionó el mayor con cierto dramatismo y carisma naturar que emanaba.

Que agallas. Pensaste.

-No que es que sea cruel, es solo que hay acciones que no parecen de mi agrado. N-no es personal es solo que tus... modos, tu vestimenta y hasta tu forma de hablar me recuerdan a alguien en el pasado... Me recuerdas mucho a mi bully de preparatoria.- No tengo idea de cómo lo tome... Pensaste.

-¿Eras algún tipo de chica rara o algo por el estilo?-

Y todavía lo quieres confirmar... Pensaste ya incomoda por la situación.

-Sí.-

-Cuéntame más de eso, quiero escucharte.-

Suspiré amargamente. -A la preparatoria entré a los 10 años, y mi bully tenía 17-

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