FANATISMO.

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INICIO DEL CAPÍTULO.
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Un día más en el hospital y parece ser que mis médicos auxiliares más fieles ateriormente me habían notificado sobre la aparición de un nuevo doctor.

William Thomson. Viene de una familia de clase media baja, hombre alto de cabellos rubios y ojos azules, se dedicó a ser médico genetista por la pasión de estudiar a los gemelos; dado que el fué en algún tiempo gemelo pero su otro hermano lamentablemente falleció en el parto por nacer sin sus piernas terminadas y con sus visceras de fuera, de ahí fue que nació su vocación por los genes del hombre y las posibles variables del mismo...

Caminando por los largos pasillos del hospital, me lo topé de frente y me sorprendió con su saludo tan ansioso.

-- ¡Doctora Brown! Estuve cuando lanzó su primer libro de medicina, ¿me vió? ¡Aún conservo su autógrafo!

Ohh.. claro, era aquel el chico fanático de aquella convención de hace unos años. Pensaste.

--Sí, te reconozco ahora que me lo mencionas, o hubiera recordado mejor si te hubieras descubierto tu rostro aquella vez.

--Los mitos eran ciertos, usted tiene el dichoso "Síndrome de Alejandría". (albinismo ocular - mejor conocido como el tener los ojos morados).

--Bueno, es algo que nací con ello. Solo no tengo pigmento en los ojos, no es nada.

--Presidenta dígame, ¿de cuánto es su coefisciente intelectual? ¿a los cuántos años comenzó la carrera? ¿por qué fue que estudió medicina? -- Fueron unas de las tantas preguntas que bombardió Thomson en la coversación, a tu parecer fue con el afán de curiosear tu perfil sin inteciones de difundir información personal, pero de cualuier forma solo comentabas aquello que fuese aceptado por la sociedad para librar sospechas de tu neurodivergencia (tu autismo).

Todas y cada una de las dudas de tu fan fueron respondidas con sumo cuidado para cuidar tu reputación a toda costa.
Muy pocos saben que eres adoptada después de ser recogida en un basurero y de solo pensar del que dirian se te hacía el estómago un enjambre de abispas.

William al ingresar a esta institción, fue de las pocas personas que obtuvo un 100 absoluto en todas y cada una de las pruebas para determinar su rendimiento profesional. Es un hombre bastante listo pero como cualquier genio conservaba una pisca de locura que nos caracterizaba como especiales.

El clima frío se acercaba, y los quirófanos se encontraban más helados que de costumbre. Una nueva consulta con Charlie presenciabas y tus dedos se te congelaban, con la mirada desviada y preocupada no ocultaste frente a tu paciente lo que sentías en ese momento.

--¿Pasó algo?-- Preguntó Carlie.

--Todavía no te encuentro otro psiquiatra,  todos están con su límite de pacientes...

Charlie tomó tus manos hacia su boca para calentarlas con su vapor. --¿Ya no quieres ser mi médico?-- Preguntó con lástima.

Fuiste directa. --Por supuesto que ya no, a este paso tu tratamiento va a empeorar si alguien cercano emocionalmente a tí te frecuenta de esta forma.

--Pero a mí me gusta estar contigo.

--A mi también pero así no...

--Estas han sido las últimas veces que nos vemos, siempre estás trabajando y trasnochando...

--Tengo que trabajar para este hospital Charlie, es lo que me hace como persona.

Del enorme sofá que se encontraba en el consultorio nos acostamos y sin la preocupción de que alguien entrara de imprevisto ya que previamente la puerta fue cerrada con llave.

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