PEQUEÑO ACCIDENTE

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INICIO DEL CAPÍTULO
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Hoy Charlie me pidió que me acompañe durante mi jornada laboral, indicando que aunque no fuera necesario acudir por su consulta el sentía necesidad de verme después de 1 mes trabajando y sin tener tiempo de verlo. Accedí ya que el sentimiento de culpa me invadía al no corresponder anteriormente con el a una verdadera cita, después de todo, el a hecho tanto por mí y creo que no e sido lo suficientemente agradecida para demostrar que su presencia es vital para mí.

Hoy tengo que verlo antes de una junta con los socios de una junta farmacéutica, deseo pasar tiempo de calidad con él. Pese a que haya comprado un local de café en su honor, aún no he tenido el valor de decirle que lo hice por tal motivo.... Maldita vergüenza.

Usualmente no me gusta el contacto físico, pero el es la excepción,  supongo que, porque me gusta, me es agradable palpar su suéter de lana verde y juntar mis brazos junto los suyos junto a su cuerpo. Desafortunadamente, cuando comienzo a ovular deseo que lleguemos a algo más que un simple abrazo. Las hormonas. . .

Muy poco me importaba mi periodo menstrual, pues siempre estoy consiente de la virginidad que me a llevado la vida al no corresponder de algo tan íntimo como el acto sexual de forma consecuente. ¿Como se sentirá la primera vez?

Me levanto de mi escritorio y pude sentir como algo bajaba de mi pared vaginal, algo caliente y de volumen acuoso, añadiendo la incomoda sensación de sentirte  "orinada" en los pantalones....

Que no sea lo que creo que es, Dios. Por favor!

Me miré en la pared de espejo en compañía de mi despacho  y efectivamente, me había manchado. Una enorme mancha roja decoraba el blanquecino pantalón que tenía puesto.

Sabía que no tenía otro cambio de ropa, ni siquiera toallas para evitar que continúe creciendo la mancha de sangre, Charlie estaba en camino pero no, no querías que te viera en este estado.

Marcaste a tu amiga Elda, y solo me mandaba buzón de voz.

—Elda, por lo que más quieras,  contesta tu celular.— dijiste abrumada por dejar pasar esta situación.

Después de llamar 5 veces sin respuesta solo escuchaste como tocaron la puerta.

—_________, hola!, soy Charlie, ¿podría pas..

—¡No!— entraste en pánico, y sin darte cuenta por el lado contrario Charlie saltó del susto. —Lo siento pero, ahora no puedes pasar, ocurrió un problema con mi vestimenta y no sé como solucionarlo —

Del lado donde estabas pusiste tu frente en la puerta, en señal de rendirse por completo.

Con algo de desconfianza decidiste decirle la verdad.
—Tengo periodo y no lo prevení, es por eso que no te quiero dejar entrar, porque mi pantalón es un caos. — Dije mientras abría la puerta lo suficiente como para dejar ver mi rostro con el de él.

—¿A qué horas es la reunión que tienes?— preguntó el mayor.

—En tres horas.—

—Puedo ir a la farmacia y a alguna tienda de ropa a comprarte toallas y un pantalón de emergencia, si gustas.—

Puse mi mano en mi boca en señal de asombro y conmoción.  —¿Harías eso por mí?—

Por eso y más.  Pesaba el mayor. —Claro! No hay problema.—

Y así fue como el de ojos azules corrió hacia su destino, no tomó el elevador para ahorrar tiempo, bajó por las inmensas escaleras y arrancó su motocicleta a una velocidad peligrosa para llegar al centro comercial y comprar las cosas con urgencia.
No sabía exactamente qué tipo de toallas requerías para tu periodo, en respuesta a la falta de tiempo tomó todas las que había. Salió de la farmacia  y entró a una tienda, buscando unos panties clásicos y pantalones negros para, en caso de repetirse el mismo accidente de que no ser tan evidente.

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