INTERROGATORIO

150 21 27
                                    

INICIO DEL CAPÍTULO
___________________________


Te diste cuenta en que la mirada del bicolor se mostraba firme ante tus ojos,  no cabía duda de que uno suplía el papel del otro.

—Dime Charles, ¿que te trae por aquí? —
Pregustaste llendo al grano, después de ello noté un ligero movimiento en su expresión facial, indicativo de haber sido descubierto.

Te mantuviste firme a pesar de haber caído fácilmente de la inseguridad anteriormente, no ibas a rebajar a su juego, pues veías que a el le encantaba hacerte sentir torpe en su presencia.

—Creo que eso fue sencillo para tí— Dijo el mayor.

—¿Cómo está Charlie?—

—Muy alterado.— respondió a regañadientes al saber que te preocupaba por él de Identidad tímida.

— Y ¿Cómo estás tú?— Preguntaste.

Su rostro se iluminó.
—Yo estoy bien, si tú estás bien. Pero veo que no te encuentras en condiciones para seguir aquí por lo que miro en tu brazo.— Señaló tu brazo bendado. —Fue mi hermanita quien te quemó, ¿Verdad? — dijo mientras tomó sin permiso tu extremidad.

—¡Suelta, es muy sensible!— dijiste molesta por su acción mientras quitaba mi brazo de su agarre.

El contrario volvió a tomar de tu brazo y con más fuerza lo sujetó para evitar ser arrebatado.

Te llevó del mismo brazo hacía la camilla de tu consultorio y de un cajón sacó nuevas vendas.

Procedió a desvendar tu vendaje y con delicadeza lo desinfectó.  Sabía exactamente de este tema y antes de cambiar el vendaje te dió un beso en tus quemaduras.

Se encaminó con más besos y terminó por lamerte en toda la quemadura.

No soportaste más la sensación y terminaste por abofetearlo fuertemente.

Estabas tan avergonzada de su acción que sentías arder tu rostro.

—Losiento, pero me dió asco que lamieras mi herida.—

El mayor tomó de su mejilla y sólo sonrío.

—Supongo que me lo merecía, después de todo.

Terminaste de cambiar tus vendas y decidiste comenzar la de una vez la sesión.

Ambos sentados tomaste la necesidad de hablar primero.

—Sí sientes dudas sobre si entregarte o no a las autoridades... Pues, aunque me lo hallas confesado. No tendría las suficientes pruebas de demostrarlo. . .—

—Y tampoco es como si pudieras lograrlo, calabacita. — complementó el de ojos bicolor.

Tragaste en seco
—Bueno . . . Entonces. . . Voy a ser directa Charles. ¿Por qué nunca me explicaron que tenían TID?

—Por vergüenza,  a pesar de que específicamente eras nuestra terapeuta, nunca queríamos que supieras la verdad por vergüenza. —

—Tú, además de matar a Zack, ¿mataste a Andrew? —

Semanas antes te habías enterado de que tu paciente Andrew quien padecía esquizofrenia desde la infancia y quien había mejorado profundamente, había muerto "por suicidio".

—Sí.— Confesó el mayor.

—¿Puedo saber el porqué?—

—Rencor y celos. . .—

—Ya veo. . .—

—¿Sabes qué ahora son candidatos para ser internados en este hospital? —

— .  .  .  .

Desviaste la última pregunta mientras suspiras. — ¿Cómo mataste a Zack?—

—Primero le corté la lengua, y luego sus extremidades y..—

—Para, ya no sigas. Sí fue así como lo mataste. Encontraron un USB con las grabaciones de su tortura, en el bosque. Pese a que no se viera tu rostro. Por tenerlo cubierto en ese entonces, te  mantenías muy enfocado lo que hacías.— procediste a tomar un trago de café para aclarar tu garganta.

Suspiraste. —Voy a presentar cargos contra tu hermana.— dijiste sin rodeos. —No me parece que lanzar ácido a una pobre señora fuera la mejor solución para una simple prenda sucia.

A este punto, esperaba que no supiera lo último que dije, pero me llevé la sorpresa de que sabía exactamente lo ocurrido.

—No me importa, hazlo. — Dijo él.

Por su respuesta,  intuías que llevaban una pésima relación de hermanos.

—¿Te vas a entregar a la policia?— Preguntaste

Acto seguido comenzó a reírse a carcajadas el mayor, solo para mirarme con algo de lástima.

—No tesoro, por supuesto que no. Es com si te preguntara si algún día dejaras de ser psicólogo.

—psiquiatra. — corregí

—Cómo sea, mi respuesta sigue siendo no.

Hubo un silencio incómodo.

—¿Por qué me preguntas eso, calabacita? ¿Te sentirías más segura si estuviera encadenado? —

—Sabes que no estuvo bien lo que hiciste.

—Ahhh...

—¿Cuanto tiempo me llevas espiando?

—Mejor dicho, cuanto tiempo te estamos espiando. Esto yo no lo hago solo, calabacita. El chico "inocencia pura" está metido en esto más de lo que crees.

Llevamos muchos años espiando tu presencia. Por favor, no me pidas que sea específico. —

—Ahora que te lo pregunto, se vuelve incomodo,  ¿Verdad? — Mencionaste molesta. —¿No tuvieron otra cosa que hacer? —

—.  .  .

—No sé cómo sentirme al respecto, de verdad sentía algo por ustedes.

—Pero no te puedes enamorar de los dos

—Claro que puedo, ustedes de enamoraron de mí,  ¿porqué yo no puedo de ustedes?—

—Porque no!

—¿Yo que culpa tengo? me enamoré de la misma persona no de las identidades.

— . . .

—Me enamoré de una persona que, aunque reclame ser dos personalidades distintas, ¿pues que creen? Ustedes tienen el mismo organismo, respiran igual, orinan igual, su corazón late igual. . .

No pretendo que este mal que sean como son, tampoco que ustedes acepten a la fuerza mis sentimientos. Lo que quiero decir es que aunque me pidan que escoja a uno de ustedes, para mí no sería posible amar así. Ustedes no son independientes... son uno fragmentado a la mitad... No me pidan amar a una mitad porque sería excluir "lo malo, o lo defectuoso" de ustedes, si yo quisiera estar con la persona que hizo tanto por mí, estaría con todo y sus defectos, porque eso determina mi felicidad con esa persona, aceptando lo bueno y lo malo de la misma...

Todo eso pensaba de ustedes, pero ahora que me cuentas que mataste a mucha gente, ya no sé qué pensar.— respiraste hondo y proseguiste. — Todo eso gracias a que rompieron mi confianza.

Tendrán mi perdón, pero retiro por completo aquello que me hacía sentir seguro con "ustedes". —

—Nosotros jamás te haríamos daño.—
Dijo el mayor.

—Claro que lo hicieron! Mataste a un gran proyecto que tenía, mi paciente Andrew era una persona especial que solo quería no sentirse abrumado por su enfermedad. Realmente le tenía mucho cariño, aunque aveces fueran incomodas sus sesiones...

—Lo siento.—

—Un "lo siento" no bastará.

—No mataré a nadie más, te lo juro, solo no me dejes, por favor...

El silencio absoluto se acumulaba en el consultorio, si no hablabas ahora, te abrumarías por la situación.

FIN DEL CAPÍTULO
________________________


We Love You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora