CAMBIOS

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Elda intervino en la conversación. -¿Estás seguro de lo que viste Alejandro? Porque el chico que viste no era ningún amante de ______, era su paciente real.-

-Creo que no, no estoy muy seguro que digamos, pero yo...- El chico comenzaba a olvidar el recuerdo que vió hace unas horas, -ehhhh...- las dos mujeres ahí presentes comenzaban a notar algo raro. -¿De qué hablabamos?- Alejandro vió a las dos mujeres como si las acabara de ver

-¿Te encuentras bien?- Mencionaste preocupada.

-Sí, solo es un dolor de cabeza... Estaré bien, pero ustedes dos deberían ir a celebrar la soltería,ya que tú, estás desocupada, podrás disfrutar de hoy que es tu día libre.-
Dijo Alejandro apoyando su mano en tu hombro.

-Después de todo, ya acabamos los pendientes de la semana- menciona entonando serenidad Elda. -¡Ya sé!, ¿Qué te parece si hoy vamos al centro comercial para hacerte un cambio de look?-

-No lo sé Elda, ¿no crees que un nuevo guarda ropa sería muy tedioso?, A demás, lo único que quiero hacer es llegar a mi cama a dor....- La chica te toma del brazo en contra de tu voluntad para salir del hospital.

-Yo sé que te va a encantar lo que tengo preparado para tí- Mencionaba tu amiga.

-¡Que se diviertan!- pudiste escuchar a lo lejos a Alejandro.

Tu compañera te invita a subir a su convertible para dirigirse a las tiendas más caras yo exclusivas de la ciudad.
Dentro, ella comenzaba a tomar todos los vestidos que veía considerables seductores y que bien favorececían mucho tu figura. Para todas las ocaciones y temporadas del año Elda tomó todos y cada uno de los conjuntos.

En las tiendas pude encontrarme con Lein, a quien conocía por el barrio rico ya que ella era dueña de varias tiendas del país. Mi amistad con ella no es muy cercana por motivos de tiempo tal vez, pero ella no parecía ser mala persona.

Por el centro comercial estuvimos como 7 horas.

-Estoy exhausta, deberíamos de tomar un descanso.- Dijiste.

-Sí, pero antes vete a probar esto que te escogí- Dijo dándome un vestido color rojo.

-No creo caber aquí...- dijiste ya fastidiada por el ajetreo de ir de compras toda la bendiga mañana.

-Anda pruebatelo- Dijo Elda.

Entro al vestidor del local mientras pensaba en buscar una buena razón para salir de aquel lugar molesto y ruidoso.

Quedaste viéndote frente al espejo y por un momento te preguntaste si eras tú quien usaba esa prenda tan bonita, dirijiste tus dedos a tu rostro sin seguir creyendo que esto era la realidad, pues fue en ese momento que por primera vez te sentías muy bella. Tomaste alrededor de 10 min en posar frente al espejo, dar un paso de un lado a otro y dirigir siempre tu mirada a tu pequeña cintura.

-Sal de ahí chica, ¡quiero ver!- Dijo Elda entusiasmada.

La chica de ojos morados salió con el cambio de look radical, pasaste de ser de aburrida a asombrosa. Mientras seguías sin creer este nuevo cambio, recordaste que tenías que decirle algo convincente a Elda para salir de ese abrumamiento social, pero parecía ser que tu amiga ya se te había adelantado.

-Listo mariposa, sé libre como el viento.- Tu compañera volteó hacia otro lado y eso te dió luz verde para aprovechar salir corriendo en silencio de aquel establecimiento de moda.

Aún dentro del centro comercial te encontraste con varios ojos que te dedicaban una mirada de interés, por aquellos enormes pasillos hasta que te invadieron los pensamientos de sed, viste una cafetería y con un antojo de un frape entraste.

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