[Cap. 15] Lo siento

24 1 2
                                    

¡Muchas gracias a choco_milk22 por seguir y apoyar esta historia desde su inicio! ❤️


********

Anduvieron tranquilos mientras hablaban de trivialidades. Sanji le estuvo contando a Zoro que entró un poco más tarde a la universidad debido a que se pasó algún tiempo trabajando como ayudante de cocina en el restaurante de Zeff, un viejo amigo de su padre. Quería experimentar lo que realmente era una cocina antes de quedarse encerrado entre libros, cosa que le sirvió para ganar experiencia y hoy en día ser el mejor de su clase.

Zoro, por su parte, le contó que conoció a Perona porque es hija de un gran profesor que le ayudó a perfeccionar el kendo: Dracule Mihawk. Aunque el peliverde no quiso profundizar en el tema al ver la incomodidad que notaba en el rostro de Sanji.

Una vez llegaron al bloque de pisos subieron hasta su planta, quedándose parados justo antes de sus puertas.

- Bueno... - Zoro se rascó la nuca. - Ya sabes que me puedes llamar para lo que necesites, y en la universidad también. Si mañana te sigue molestando la mano puedo acomp... - La vergüenza de Zoro aumentó x5 al notar los delgados labios del rubio en su mejilla.

- Lo sé, musgoso... Lo sé. No te preocupes por mí, recuerda que soy fuerte. - Le dijo Sanji con una tímida sonrisa, a la vez que sus mejillas se pintaba levemente de rosa.

En cuanto terminó de decir aquello, la puerta del peliverde se abrió.

- ¡Zoro! ¿No deberías estar trabajando? - Ahí estaba Perona, tan oportuna como siempre. - He salido porque me pareció escuchar tu voz, ¿ha pasado algo? - Dijo preocupada. Seguidamente le cogió su mano con suavidad, mientras que con la otra le agarraba la mejilla para después depositarle un beso en los labios.

Sanji miró la escena atónito con la boca entreabierta, intentando volver a la normalidad. Por un momento se le olvidó que Zoro tenía novia, y la vida se lo acababa de recordar.

- Sanji tuvo un percance y le he estado cuidando. - Dijo Zoro procurando no dar muchos detalles. Seguidamente dio un pequeño paso atrás para alejarse de Perona. No quería incomodar al rubio más de lo necesario.

Perona miró preocupada a Sanji, hasta que visualizó la mano del rubio.

- ¡Sanji! ¿Quieres pasar? ¿Te podemos ayudar en algo? - Dijo Perona, preocupada.

- No te preocupes. Tu novio ya hizo suficiente. - Dijo Sanji con una sorna que solo pudo captar Zoro. - Nos vemos. Gracias. - Sacó las llaves de su casa y abrió la puerta ingresando rápidamente para después cerrarla de la misma manera.

Sanji apoyó la espalda contra la pared, respirando aceleradamente. ¿En qué estaba pensando? Por unas horas se le olvidó la existencia de la pelirrosa, mas lo peor es que parecía que a Zoro también.

Esto no podía seguir así.

Cuando Sanji se tranquilizó, logró escuchar unos pasos que venían hacia él. Mierda, ahora no. Pensó.

- ¿Sanji-ya? - Efectivamente, era Law. Ahí estaba, mirándole intensamente. Sus ojos mostraban la absoluta duda que tenía sobre qué hacer y decir. - Sé que un perdón no basta. - Cogió aire. - Pero sí que te puedo prometer que jamás volverá a suceder algo así.

- Law, sé que lo hiciste sin querer... - Empezó Sanji, irguiéndose para separarse de la pared.

- Espera. - Le interrumpió el moreno. - Por muy "sin querer" que lo hiciera, lo he hecho. Prometo que mejoraré, pero, por favor, no me dejes. - Ahí fue cuando al rubio se le erizó la piel. Le contempló, y se veía abatido. Jamás pensó que le vería así.

- Oye, para el carro. - Se acercó al moreno, tocándole gentilmente el hombro. - Ha sido un accidente, no pasa nada. Es cierto que las formas no han sido las mejores. - Continuó. - Pero un día malo lo tiene cualquiera. - Sonrió de la manera más amable. No quería que el moreno sufriera más de lo necesario.

- Entonces... ¿Estamos bien? - Dijo Law, dudoso. En el fondo de su corazón sentía que nada iba a ser como antes.

Sanji se tensó. No quería hacerlo, pero debía.

- Law, te quiero. Me has mimado, cuidado y protegido como nadie lo había hecho nunca antes. Eres... Maravilloso. - Sanji le miró a los ojos, los cuales estaban empezando a cristalizarse, al igual que los suyos. - Por eso mismo debo dejarte ir. Te quiero, pero no como tú mereces que te quieran. Ahora mismo no soy capaz de corresponderte como es debido, y no quiero que ninguno sufra. - Sanji le abrazó desesperadamente en un fuerte agarre. - No te martirices por lo de hoy, te prometo que estoy bien. - Terminó, haciendo que se le escaparan varias lágrimas retenidas que se fundieron con la camiseta del moreno.

- Sanji, te prometo que puedo cambiar. - Law le correspondió el desesperado abrazo con fuerza, como si se le fuera a escapar. - Dices que no es por lo de hoy, pero me estás dejando ahora. Te juro que no te volveré a tocar sin que me des permiso. Pero por favor, Sanji, no me dejes. Eres el amor de mi vida. - Law lloraba desesperadamente, con el corazón encogido. Haciendo un gran esfuerzo para vocalizar.

Sanji lloraba a la par. Casi no recordaba la última vez que lloró tanto. Se sentía como una mierda; Law no se merecía nada de esto.

Se abrazaban como si ese fuera a ser el último contacto que fueran a tener.

- Eres increíble, Law, en serio. Seguro que encontrarás a alguien que sepa apreciarlo. Yo no te merezco...

En silencio, mantuvieron el abrazo más de quince minutos. El primero en romperlo sorprendentemente fue Law, haciendo que se miraran a los ojos.

- Perdón por el espectáculo... - Law se sentía avergonzado. Aunque todo lo que dijo era cierto.

- Perdón yo, por no saber apreciar lo que tengo... - Sanji se limpió el resto de lágrimas que quedaron en sus mejillas con el antebrazo. - Mañana mismo me buscaré otro piso. Va a ser lo mejor para todos.

- No te preocupes, no quiero que te vayas. - Dijo el moreno, recomponiéndose. - Además, ¿quién sino va a alimentar a nuestra mascota? - Intentó reírse Law, refiriéndose a Luffy, haciendo que a Sanji se le escapara una risita.

- Yo tampoco me quiero ir, pero siento que va a ser lo mejor para los dos. Aunque sea por un tiempo.

- Si es lo que crees, no te lo voy a impedir. - Dijo Law, en un tono relativamente serio. - Una pregunta... ¿Podemos ser amigos? - Se atrevió a preguntar con un tono de voz apagado, miedoso.

- Eso ni lo dudes. - Respondió Sanji con una melancólica sonrisa.

𝓣𝓪𝓻𝓭𝓮. - [𝓩𝓸𝓢𝓪𝓷]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora