Solo llevaba un mísero día sin ver al rubio y ya estaba que se subía por las paredes.
Cuando Sanji ingresó en su hogar fue capaz de escuchar algún que otro grito y algunos lloros. No sabía lo que estaba pasando, pero necesitaba saberlo.
No sin antes sacar todo el valor que tenía.
- Oye, Perona... - Su voz denotaba nerviosismo. Zoro se acercó cautelosamente a su novia, la cual estaba tomándose un café tranquilamente en la barra de la cocina que conectaba el salón con la misma.
- Dime, cariño. - Levantó la mirada del móvil para prestarle atención a su novio. - ¿Ocurre algo? Te noto decaído desde ayer. ¿Sigues preocupado por el vecino? - Zoro la miró con una expresión de sorpresa. ¿Cómo podía leerle tan fácilmente?
- Bueno, algo así... Es decir, sí, estoy así por él. Pero no por lo que piensas. - Zoro se rascaba la nuca, nervioso. Nunca había dejado a nadie y no sabía cómo hacerlo. - No fui del todo sincero cuando te conté mi pasado... Me salté una gran parte.
Cuando comenzaron a salir, ambos se contaron su pasado, o más bien casi toda su vida.
Perona fue una niña mimada. Llena de regalos, peluches, ropa... Cualquier cosa que una niña querría. Su niñez y adolescencia fueron normales, quitando el hecho de que siempre conseguía todo lo que quería gracias a su padre y a las influencias del mismo.
Aunque cambió con el tiempo y se dio cuenta de que no quería estar así por el resto de su vida. Dejó de usar el dinero de su padre, trabajó por lo suyo y tras eso adquirió una madurez impresionante. Zoro sabía que pocas personas querrían abandonar una vida así de cómoda y empezar a conseguir las cosas por uno mismo. Era lo que más admiraba de ella y lo que más le llamó le atención al conocerla.Por otro lado, Zoro tuvo una vida difícil. Su pueblo natal vivía del turismo y cuando terminaba la temporada no había trabajo para nadie. Empezó a trabajar muy joven ya que con los sueldos de sus padres no bastaba.
Le contó todo su recorrido, quitando la amistad que tenía con cierto rubio.
Zoro empezó a relatarle casi tranquilamente todo lo ocurrido en el pasado con Sanji. Hasta el beso que se dieron, el gran amor que desde siempre profesó por el rubio y la amarga "despedida".
Perona estaba impactada, con la boca entreabierta y los ojos como platos. Zoro estuvo hablando durante varios minutos sin parar y Perona no podía procesar tanta información de golpe.
- Espera, Zoro. - Perona habló por primera vez. - No hace falta que sigas.
Zoro se quedó mudo, mirándola.
- Ahora todo cuadra... Qué tonta he sido. - Suspiró. - Le miras de manera especial, y él a ti también. Me dí cuenta la primera vez que os vi juntos, aunque pensaba que más bien era una amistad especial. - Recalcó con sorna. - ¿Te has estado riendo de mí todo este tiempo?
- ¿Qué? - Perona estaba frente a él, de pie, con los brazos cruzados. Emanaba furia y seguridad. - No, para nada. Toda nuestra relación ha sido real. - Zoro se acercó para tocarle el hombro, haciendo que Perona retrocediera un paso.
- "Toda" no. Cambiaste desde que Sanji se mudó al piso de al lado. ¡Joder! ¿Cómo no me he dado cuenta antes? - Perona sonaba desquiciada, andando de un lado para otro mientras agarraba con rabia la raíz de su cabello con ambas manos.
Zoro quería acercarse y abrazarla, mas no lo hizo. Sabía que acabaría peor. Tampoco sabía qué decir para tranquilizarla.
- Bueno. - Prosiguió la pelirrosa. - Supongo que esta confesión ha comenzado para romper conmigo, ¿no? - Zoro tragó grueso. - No te preocupes, ya lo hago yo. En veinticuatro horas te quiero fuera de este piso. - Perona cogió su bolso, dio media vuelta y se fue. No sin dar un gran portazo.
Zoro se quedó en shock; mudo y estático. Quería ir tras ella para, aunque sea, poder pedirle perdón. Pero no pudo.
Al cabo de unos minutos, su cuerpo y mente pudieron reaccionar. Fue hasta la habitación que compartían para terminar de adecentarse. Se sentó en la cama, volviendo a repetir en su mente todo lo que acababa de suceder.
Estaba cansado.
Con las mismas, se dejó caer en la cama con los brazos extendidos.
Se sentía en paz por poder haber sido capaz de liberarse. Tampoco quería seguir engañando a Perona, no se lo merecía.
Por otro lado, sabía que había mandando a la mierda casi todo su presente.
Todo por él.
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𝓣𝓪𝓻𝓭𝓮. - [𝓩𝓸𝓢𝓪𝓷]
Fanfiction• Modern AU. • La rutinaria vida de Sanji está a punto de dejar de ser así. No imaginaba que llegar a la universidad podría traer tantos dramas amorosos... | Los personajes no me pertenecen. |