22: The Ties Were Black, The Lies Were White

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Autor: generally

Pareja: Serizawa x Reigen

Palabras: 17557

Advertencias: Smut (leve)

Original: https://archiveofourown.org/works/40989084

Resumen
"¡¿Qué?! Eso no suena para nada como un trabajo!". protesta Tome, y Reigen prácticamente puede ver cómo el tren se dirige directamente al borde de un precipicio. "Espera, entonces... ¿Eso significa que ustedes están...?"

"¡Iremos por negocios!", interrumpe con brusquedad, pero es por necesidad. "¡Estrictamente negocios!"

Ella le dedica una mueca lastimera, y Dios, si no es la peor mirada que te puede dedicar una adolescente. "¿A la boda de tu hermana?"

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"Ahhh", suspira satisfecha Tome mientras abre de par en par la ventana de la oficina de Espíritus y Demás. "¿Ves, Reigen-san? Siente esa brisa refrescante. Es tan fresca que se puede saborear".

"Demasiado fresca, en mi opinión", se queja Reigen, abrochándose los dos botones más bajos de la chaqueta de su traje como débil protección contra el frío. Accidentalmente golpea su mano contra el borde de su escritorio en el proceso, maldiciendo en voz baja. "Te lo dije, en noviembre hace demasiado frío para abrir ventanas. ¿Tú nos pagas la calefacción?".

"A mi no me molesta", responde Serizawa desde su mesa, apoyada en la pared contigua. Por supuesto, cuando por fin se decide a contribuir, tiene que ser a favor de Tome.

"Tú tampoco pagas las facturas, que conste", le recuerda Reigen, y Serizawa se limita a soltar una suave risita y a sacudir la cabeza antes de volver a centrar su atención en el papeleo. Reigen no puede evitar recordar una época en la que habría balbuceado frenéticamente sus disculpas en su lugar.

Tome le saca la lengua a Reigen en señal de victoria antes de sentarse en el sofá.

"¡Hablando de pagar, ese sofá es sólo para clientes, Tome-chan!".

"¡Oh, vamos! ¿Dónde se supone que debo sentarme, entonces?".

"Si estás aburrida, puedes hacerme un recado". Claro que está aburrida; no han visto a ningún cliente desde las diez de la mañana y son casi las dos de la tarde. Sin embargo, a pesar de la falta de acción en la oficina, Reigen ha estado tan ocupado con proyectos de diseño gráfico y correos electrónicos -incluido el que ha estado ignorando- que se olvidó de almorzar.

"¿Qué clase de recado? ¿Estoy entregando algo a un cliente?" Tome nunca intenta moderar su insaciable sed de involucrarse en todos y cada uno de sus trabajos.

Reigen hace ademán de sopesar qué tarea asignarle antes de lanzar una mirada al otro escritorio. "Serizawa, ¿tienes hambre?"

Parpadea inquieto entre los dos, como si temiera traicionar inadvertidamente a uno u otro dependiendo de cómo responda. "Um... supongo."

"De acuerdo", dice Reigen, sacando unas monedas del bolsillo de su chaqueta. Se las tiende a Tome, que las acepta con la palma abierta y una mirada recelosa. "Ve al puesto de comida y trae takoyaki. Cómprate algo con el cambio, si quieres".

"¿Eso es todo? ¿Ese es el gran recado?"

"Nunca dije que fuera grande".

"Increíble", resopla mientras se mete las monedas en el bolsillo, gira sobre sus talones y se dirige a la puerta. "¡Voy por gominolas agrias!", le dice por encima del hombro. "¡La bolsa grande!"

Mob Psycho 100 Collection Donde viven las historias. Descúbrelo ahora