Mob Psycho 100 Collection

8: Pair Bonding

Autor: Puregold

Pareja: Serizawa x Reigen

Palabras: 1219

Advertencias: Smut

Original: https://archiveofourown.org/works/18719497

Resumen
No hay, solo porno omegaverse.

━━━━━━━━━━━━

Los dos hombres estaban prácticamente entrelazados en cuanto Serizawa consiguió abrir la cerradura de su apartamento, apretándose desesperadamente el uno contra el otro mientras se desnudaban. Ambos se sentían calientes, tan calientes, como si estuvieran a punto de explotar, y en un santiamén Reigen sintió que lo levantaban del suelo y lo dejaban caer de nuevo sobre la cama. Jadeó ante la repentina contundencia, y luego se rió vertiginosamente de su excitación. Ya estaba mojado, prácticamente podía sentirlo empapando sus bóxers mientras Serizawa luchaba por abrir el condón y quitarle la ropa interior a Reigen, exponiendo su polla al aire frío. Reigen se estremeció, con el almizcle de sus respectivos celos flotando por toda la habitación. Sus ojos se entrecerraron mientras deslizaba los dedos por el pelo de Serizawa y tiraba de él para besarlo.

Serizawa tembló, mordiéndose el labio mientras luchaba por controlarse a sí mismo y a los impulsos animales que inundaban su cuerpo. "¿Estás preparado?" preguntó, con la voz cargada de lujuria.

Reigen asintió febrilmente. "Sí".

Serizawa acercó su polla a la apretada entrada de Reigen antes de penetrarla suave, lenta y tiernamente. Reigen gimió, tapándose la boca con una mano, avergonzado, mientras se retorcía bajo Serizawa, sintiendo cómo su culo se abría para acomodar el tamaño más grande de Serizawa. El lubricante autosecretor que se derramaba por el agujero de Reigen facilitó enormemente el empuje de Serizawa, que pronto llegó hasta el fondo y jadeó con fuerza.

"¿Puedo moverme?" Preguntó, con un temblor de placer en la voz.

Reigen se estremeció bajo él, invadido por un intenso deseo hacia su compañero. "S-sí, Dios, sí, por favor". Prácticamente suplicó.

Cuando Reigen le dio el visto bueno, Serizawa no dudó en empezar a empujar, marcando un ritmo constante mientras se agarraba con fuerza a Reigen y empezaba a morderle y chuparle el cuello y la clavícula. Todos los instintos de Serizawa le pedían a gritos que fuera más rápido, más fuerte, que se follara a Reigen contra el colchón y lo reclamara como suyo. Pero se contenía, no quería herir a su amante de ninguna manera.

Reigen dejó que su cabeza rodara contra la almohada con un fuerte gemido, su cerebro invadido por una espesa niebla de sí, dios, por favor, sí. Se sentía abrumado por el amor y la lujuria que sentía por su compañero mientras se aferraba a los antebrazos de Serizawa con todas sus fuerzas, sintiendo que la gruesa polla de Serizawa prácticamente le abría en canal. No podía soportarlo más, necesitaba que Serizawa lo tomara con todo lo que tenía, que lo follara hasta que dejara de ser coherente. "Más rápido, más fuerte, por favor, Katsuya, por favor, tómame".

Aquellas palabras hicieron cosas peligrosas en el cerebro de Serizawa y éste estalló, cediendo a sus impulsos más animales mientras volteaba a Reigen y le agarraba con fuerza de las caderas, marcando un ritmo casi brutal mientras estrellaba a Reigen contra el colchón. Reigen gritó, sintiendo que las lágrimas se le agolpaban en los ojos por la intensa oleada de placer que le invadía mientras Serizawa le follaba con fuerza. Sentía a Serizawa dentro de él, sobre él, a su alrededor, su inconfundible aroma flotando sobre Reigen y prácticamente invadiéndolo. Podía sentir sus olores, sus cuerpos, sus almas mezclándose y casi no podía creerlo. Este hombre, este hombre gentil, cariñoso, terriblemente dulce, se estaba convirtiendo en su compañero mientras se dejaba llevar por sus impulsos más primarios para inclinarse y morder la nuca de Reigen, rompiendo la piel, reclamándolo como suyo.

La acción hizo que Reigen se estremeciera y retorciera, agarrándose a las sábanas mientras gritaba de éxtasis. Nunca había sentido nada parecido, nunca se había sentido invadido por el amor y la lujuria de tal manera. Se estaba enlazando con Serizawa, siendo reclamado y a su vez reclamando a Serizawa como suyo. Se sintió casi sin fuerzas, indefenso ante la gruesa polla de Serizawa que golpeaba su próstata sin piedad. Gimió y sintió que empezaba a llorar de placer mientras gemía, con la respiración reducida a pequeños jadeos.

Serizawa aminoró la marcha, y Reigen se dio cuenta de que le costaba mucho esfuerzo hacerlo. Se apartó de la marca del mordisco y gruñó al oído de Reigen. "¿Estás bien? ¿Te he hecho daño?"

Reigen sintió que su corazón se hinchaba con las amables palabras de Serizawa. Sus anteriores novios nunca se habían parado a comprobar las necesidades de Reigen, siempre tomaban lo que querían sin importarles nada. Reigen asintió mansamente antes de chillar: "Estoy bien, estoy bien. Por favor, por favor sigue 'Suya, te necesito".

Serizawa gimió en el oído de Reigen, casi gruñendo de deseo mientras avanzaba y colocaba una mano en la nuca de Reigen, sujetándolo y golpeándolo contra el colchón.

Reigen se sintió como una perra bajo el agarre de Serizawa, con la polla chorreando mientras sus jodidas lagrimas se derramaban sobre el colchón bajo él. Sus manos se tensaron, luchando por agarrarse a las sábanas mientras se dejaba follar. Estaba completamente bajo el control de Serizawa, permitiendo que el Alfa lo dominara. Empezó a babear, con la voz cada vez más alta y aguda cuanto más se acercaba al clímax.

Podía decir que Serizawa se estaba acercando también, basándose en la forma en que su cuello y hombros estaban siendo marcados por su amante mientras dejaba escapar gruñidos en una muestra de dominación. Reigen se sintió débil. Cuando se acercaba al final, Serizawa se sentó erguido, con las manos agarrando las caderas de Reigen con tanta fuerza que le dejarían moretones. Empezó a moverse con embestidas cortas y punzantes que ganaban en velocidad hasta que se lanzó contra Reigen como un animal. Empuja a Reigen hacia sus embestidas, oyendo los ruiditos desesperados de Reigen cada vez que Serizawa toca fondo.

Los gruñidos profundos y guturales de Serizawa vuelven loco a Reigen. Se retuerce contra él en su desesperación por conseguir más. Entonces, de repente, Serizawa sujeta fuertemente a Reigen contra él mientras se corre y Reigen siente cómo el nudo de su interior empieza a hincharse con el placer de Serizawa. Reigen gime, lloriquea y grita mientras se siente estirado al máximo para encajar el gordo nudo de Serizawa. Los dos están entrelazados ahora, siendo imposible moverse hasta que todo el semen de Serizawa es bombeado dentro del condón. Reigen se vuelve loco, sabiendo que si no fuera por el preservativo estaría siendo sujetado en su lugar y preñado, lleno hasta el borde con la semilla de Serizawa. En cuestión de segundos, él mismo se corre, y mientras baja de su subidón, empieza a sentir cómo el nudo de Serizawa se va haciendo cada vez más pequeño a medida que el condón se va llenando.

Mientras la lucidez empieza a volver lentamente a los dos hombres, Reigen sonríe perezosamente. "Ahora somos compañeros..." Dice soñadoramente.

Serizawa parece casi aturdido por la proclamación. "Sí, lo somos..."

El nudo de Serizawa se desvanece lentamente, y se retira de Reigen lentamente para no hacerle daño, antes de rodar y envolver con un brazo a su amante. "¿Necesitas que te traiga algo? ¿Comida, un baño?

"Mm, ahora no". responde Reigen, acurrucándose contra el pecho de Serizawa. "Aunque puede que necesite que me lleves al baño más tarde".

"Por supuesto." Dice Serizawa con una sonrisa, plantando un beso contra la cabeza de su compañero.