Capitulo 8

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Sus ojitos adormilados fueron incomodados por la calidez de los rayos de luz que se colaban por su ventana, parpadeo un poco, algo somnoliento, sin embargo cerro sus ojos con fuerza de nuevo, no quería despertar, estaba muy cómodo arropado por sus suaves sábanas, se negaba a abandonar sus sueños, aparte era sábado, aquellas tres silabas, le susurraban dormir unos minutos más. Suspiro levemente, se acomodo del lado izquierdo de su cama, le dio la espalda a la entrada de su cuarto, la cual en ese momento se abrió lentamente, evitando hacer cualquier tipo de ruido, afortunadamente el azabache no se dio cuenta de nada. 

Una cabellera blanca se asomo cuidadosamente desde la puerta, al ver un pequeño bulto en la cama, rodo los ojos, esperaba que su príncipe ya estuviera levantado, pero claramente fue todo lo contrario. Se acerco a pasos lentos hasta la cama y sin pedir permiso se recostó a lado del pequeño ovillo azabache. 

Al sentir un peso desconocido en su cama, el oji azul se sobresalto un poco, pero luego de hacer memoria y recordar que tenía un invitado, se relajo. ¿Le molestaba? No, ¿Planeaba echar a Sanemi? No, ¿Iba seguir durmiendo como si nada? Definitivamente si. 

— Príncipe. 

Bueno, parece que no iba poder volver a dormir, de todas formas ni quería. 

—¿Uhm? 

— ¿Estas despierto?

— No, esta respondiendo mi holograma. 

— Oh, ¿Puedo preguntarle algo a ese holograma tuyo?

— ¿Qué quieres?

— ¿Te gusto? 

¡¿Qué?! ¿Escucho bien? No supo en que momento su cuerpo abandono su posición y se giro, provocando que (debido a la diferencia de altura) su cara estuviera directamente frente al pecho de Sanemi, el cual estaba desnudo, pues su pijama estaba desabotonada de la parte de arriba. Inmediatamente el color carmín, adorno su rostro. 

— ¿Ahora si estas despierto?

— ¡Shinazugawa!

Sus mejillas rosadas se inflaron, molestas, sin darse cuenta cayo redondito en la provocación del albino. 

— Pero mira que adorable expresión, ojala pudiera tomarte una foto. — Sonrió burlón. — Solo bromeo, relájate. — La vista que tenia era jodidamente perfecta y adorable, le gustaba, aunque claro no lo iba admitir y tampoco lo diría en voz alta. 

—Yo quería seguir durmiendo. 

 Murmuro bajito, miro de reojo a la ventana y el sol apenas y se veía. 

— Son las siete de la mañana, eres un dormilón. 

— Es sábado. 

— ¿Y?

— ¿Cómo que y? Voy a dormir todo lo que pueda. 

— Tengo un príncipe muy flojo. 

— Cállate. — Golpeo levemente el pecho del otro.— Déjame dormir un poco más, tú haz lo mismo. 

— Uhm, bien. 

Sin embargo no se espero que, uno de los brazos del cicatrizado, lo rodeara, juntando sus cuerpos en un abrazo, Giyuu no se quejo, al contrario, se acomodo de una forma un poco más cómoda, recargando su cabeza en el pecho del contrario, colocando uno de sus brazos en el abdomen del de piel canela, abrazándose mutuamente, sin duda al despertar de nuevo, se harían los desentendidos y dirían que fue culpa del sueño.

Sin embargo no se espero que, uno de los brazos del cicatrizado, lo rodeara, juntando sus cuerpos en un abrazo, Giyuu no se quejo, al contrario, se acomodo de una forma un poco más cómoda, recargando su cabeza en el pecho del contrario, colocando ...

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Prejuicios [SANEGIYUU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora