Capitulo 5

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Valentina

Colgué el teléfono y me levanté como un rayo para ponerme las botas y salir los más rápido que podía.

Estaba bajando las escaleras lo más rápido que podía, que casi me caigo, pero Francisco me agarró. Supongo que por impulso.

—Sueltame.—le dije y me solté bruscamente.

—¿A dónde carajos vas con tanta prisa?

—No te importa.

Estaba apresurada, si llegaba tarde o no aparecía, el ganaba y yo perdía todo.

—Eres mi prometida, así que si me importa.—dijo cruzándose de brazos.

No pude aguantar y rei con ironía.

—Claro,¿Ahora soy tu prometida? Dejame en paz.

Me di la vuelta y estaba por salir, pero recordé algo. Me toque la parte de atrás de mi pantalón y la llave no estaba.

—Mierda.

No tenía mi maldita camioneta, ¿Cómo mierda iba a llegar?

—¿Y ahora que pasa?

—¡No tengo mi puta camioneta!—grite frustrada.

Puta madre, tenía que llegar como sea.

Carajo.

Me voy a arrepentir de esto.

—Necesito que me lleves.—le dije luego de darme vuelta.

—¿Que?

—Llevame y después te pago o no se, pero llévame.

—¿Y por qué lo tengo que hacer?

—Por que eres mi prometido y te importa.—dije sonriendo.

Sabía que con eso lo iba a hacer enojar, pude ver el enojo en su rostro.

—Hija de...—no lo deje terminar.

—Puta.—respondi con una sonrisa burlona.

Ya me había divertido, ahora de nuevo a la realidad.

—Bueno,¿Me llevas o que?

—No hasta que me digas por qué y a dónde vas.

Mierda.

No tenía tiempo para explicarle todo ahora, pero si no llegaba, perdia, no me quedo de otra. Suspire con pesadez y le respondí.

—A la casa de Marcelo.

—¿Quien?

—Mi ex, está peleando por quitarme todo. Esto era para dentro de una semana, pero el desgraciado lo adelantó, y si no voy, el gana el puto juicio.

No esperaba que dijera que si, si era por el, me echaba a la calle en ese momento, pero su padre lo mataba.

Bueno, a esperar el "no".

—Bien vamos.

—¿En serio?—dije atónita.

—Si,¿O quieres perder?

Solo lo seguí, no esperaba esa respuesta, pero no me quejo, al menos me llevaría.

Sabía que no lo había hecho por mi, sino por algo justo, desde que éramos niños, odio a los tipos que se creían que los hombres eran mucho más que las mujeres, eso era algo que siempre admire de el. Y estaba claro, odiaba el machismo.

Cuando llegamos, dude si bajar o no, no quería entrar a ese lugar donde tanto había sufrido, pero no le iba a dar el gusto. Había pedido hacer el juicio ahí para eso, para que yo no vaya.

En Lazos ArregladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora