En Lazos Arreglados

Capitulo 17

Valentina

Maneje sin rumbo por todo Chicago, no me quite en todo el día lo que pasó anoche. No puedo creer que fui tan estúpida de invitar a Francisco a beber conmigo, y sobre todo para después besarlo y arrepentirme.

La imagen de Dante sobre mi apareció en ese momento, tocandome, besándome, que asco. Y sobre todo es un cobarde, luego de hacerme eso y que su padre matará a Iván se fueron del país, quien sabe dónde. No siquiera tienen los huevos de enfrentar las consecuencias.

Lo que más me molesta es haberme comportado fría con Francisco, me estoy enamorando de el, y me dolió hablarle así, sobre todo cuando se portó tan bien conmigo, y cuando le pedí que se detuviera el lo hizo.

Estaba tan perdida pensando que no me di cuenta de que llegué a mi casa y estacione la camioneta. Respire hondo antes de bajarme.

Cuando entre en la casa subí a mi cuarto, ni siquiera revise si Francisco estaba o no. Deje mis cosas y entre a bañarme. Deje caer el agua fría sobre mi cuerpo mientras seguía pensando.

Solo algunos meses de casados y ninguno de los dos sabemos que pasa entre nosotros. Tantos problemas por dos personas.

Salí de bañarme mi celular comenzó a sonar, Hugo me estaba llamando.

¿Y este como consiguió mi número?

Le atendí.

—¿Hola?

—Valen, hola.—respondio al otro lado de la línea.

—¿Hugo como conseguiste mi número?

—Eso no importa. Seré directo, tengo una cena de negocios está noche y necesito que vengas conmigo.

—¿Yo porque?—reproche.

—Por que eres la única capaz de aceptar. Solo irás siendo lo que eres, la esposa de mi primo y nada más.

—Aja, ¿Y yo que gano?

—Te cuento lo que pasó entre Elisa y Francisco.

—No necesito saberlo, ya se que le quitaste a su primera novia.

—Fue sin querer.

—Claro, fue sin querer que enfrente de su cara el día de su aniversario le quitaras a su primer amor.

Se quedó en silencio un pequeño momento.

—Bueno me cagaste, ¿Pero vienes o no? O no me digas que le tienes que preguntar a Francisco si puedes venir.—dijo entre risas.

—No necesito pedirle permiso a nadie, y no voy a ir, búscate a otra. Adiós.

Intento decir algo pero colgué la llamada antes de que lo hiciera. Este se cree que soy un objeto parece, que me puede llevar a cualquier lado cuando se le de la puta gana.

—¿Que te dijo el mierda de Hugo?—escuche la voz de Francisco detrás de mi.

Me di la vuelta y estaba apoyado en el marco de la puerta, cruzado de brazos y con una expresión molesta.

—Me invitó a una cena de negocios y pregunto si podía ir con el.—respondi tranquila.

—Y me imagino que le dijiste que no.

—Imaginas bien.—sin siquiera preguntarle podía entender que estaba celoso, por alguna razón sentí satisfacción de que lo esté. Deje mi celular sobre la cama y lo mire a los ojos, esos ojos avellana que tanto me gustaban, los cuales se encontraban mirandome, pero estaban diferentes, tenían una especie de ¿brillo?—¿Ya te vas o te vas a quedar ahí?—dije nerviosa desviando la mirada.