Cap 6

42 4 0
                                    

De repente, la mano de mi boca desapareció a lo lejos escuche a mi madre que me estaba llamando.

-Angel  !!!
Donde estas corazón???

Me llamaba desde el frente del templo.
No podia decirle a madre la situación, ya que si le digo tendría que confesarle lo que vi hace unos días de ella y el padre Mateo.

-Acá estoy madre, vine a rezar al templo ya que el viento cerró la puerta de la casa, quede afuera por que deje las llaves en mi habitación.

Puso la linterna que andaba en mi dirección para observar mi rostro.

-Te sientes bien?? Veo que estabas llorando.

Que le digo, que me invento.

-Ay madre cuando quede afuera queden sin nada con que iluminar mi camino, tropeze y golpee mis dedos en unos de los bancos.

Esta empezó a reír.

-Ay mi angel siempre tan torpe. Vamos adentro para que cenes y descanses.

Camine con ellos de vuelta a casa le di una última mirada a la iglesia y ahí estaban esos ojos rojos asechandome.

Cuando me dispuse alistar mi cama para dormir, volví a sentir fría la habitación.
Mi columna vertebral sintió una descarga eléctrica, esa sensación como si algo estuviera detrás de mi.
Escuche un susurro.

-Miren que me encontré acá, una dulce e inocente criatura.

Empeze a rezar, rogando a Dios.

-Dios no me abandones. Protegeme señor, te lo suplico, aleja esta horrible criatura de mi.

Senti sus pasos detrás de mi avanzar por mi lado, espere verlo cuando pasara al frente mio, pero solo desapareció.
Sentí una respiración en mi cuello seguido de un susurro.

-A quien le dices horrible, voy hacer que te arrepientas de eso pequeño ángel.

Salte del susto y me aleje, buscando o tratando de protegerme de ese ser.
Pero nuevamente no había nada allí.
Volví a dejar la vela encendida.
Dormir a oscuras no me daba seguridad.

Estaba caminando por un hermoso bosque lleno de flores rojas, estas caían con el viento dando ese efecto como si estuviera en el paraíso.
Olí una pequeña flor y su aroma era esquisito.

-Esto es el cielo que hermoso lugar.

Escuche unos pasos no se de donde venían solo los escuchaba llegando a mi.
De pronto una voz salió de la nada

-Ujummm esto es tan hermoso como su creador.

Di vueltas en mi propio eje tratando de buscar el dueño de esa voz.
Pero de repente todo a mi alrededor dio vueltas, fui envuelta en un tornado de flores.

Cuando salí de allí caí de cuatro sobre el suelo sentí que mis manos y rodillas se rasparon con las pequeñas piedras del suelo.
Cuando alze mi vista estaba en frente de un templo muy antiguo. Estaba rodeado de niebla.
Este tenía unos símbolos que no logré entender, no conocía esas letras.

Me puse de pie en medio de toda esa  niebla, camine hacia el y conforme avanzaba dentro, las luces detrás de mi se iban apagando.

Poniendo todo oscuro como si allí no existiera nada.
El templo tenía pinturas de un hombre que parecía de otro mundo era bellísimo.
Tenía esa nariz, delgada y perfecta.
Unos labios... Besables???
Dio mio que estoy pensando.
Nunca en mi vida vi un ser humano tan perfecto me quede mirando hasta que un ruido me hizo voltear a mi derecha.

Debajo de un pequeño árbol de flores rojas estaba sentado ese hombre de las pinturas este estaba mirándome con una retorcida sonrisa.

Los colores se me subieron a mis mejillas cuando mire su torso desnudo, mis ojos viajaron a sus marcas negras en su piel, no sabía que era eso pero lo hacía ver muy hermoso e intimidante.

Examine cada parte de su cuerpo, tratando de encontrar un defecto en el.

-Hola, pequeño ángel.
 
Acazo ese ser, era la entidad que me atormentaba.
Avanze para mirar más cerca a este hombre pero el suelo desapareció a mis pies y caí a un abismo, desperté asustada. 
Todo lo sentí tan real, observe a mi alrededor para confirmar que estaba en mi habitación, vi que aun no amanecía, así que decidi dormir un rato más, necesitaba descansar.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
DeimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora